La industria textil atraviesa una crisis profunda combinada por derrumbe del consumo y apertura importadora. Así lo planteó Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer, en diálogo con LT10. “Nuestro mercado ya viene hace bastante tiempo en profundo retroceso”, sostuvo, y apuntó que el combo actual incluye “un mercado interno absolutamente deprimido” más “la facilitación de las importaciones que ha hecho el Gobierno Nacional”.
El empresario advirtió que el cambio no es solo de volumen sino de reglas: “La Argentina ha decidido sacarle los impuestos a las importaciones… directamente cuando compramos de las plataformas no se paga nada, absolutamente ningún impuesto”. Y remarcó el contraste: “Nos ponen en desventaja absoluta porque cuando compramos insumos pagamos toda la estructura impositiva de la Argentina… Lisa y llanamente eso es bajarle los impuestos a los chinos”.
En cuanto al empleo, describió impactos severos: “Hoy ya hemos perdido más de 15.000 puestos de trabajo formales… hay cientos y miles de suspensiones, caída de horas, fábricas cerradas”. Y afirmó: “Hemos perdido más de 300 fábricas… grandes, multinacionales y pymes de 20 o 30 empleados que tuvieron que cerrar porque la situación es insostenible”.
Galfione insistió en que no se niegan a competir pero piden simetría: “Competir nos hace mejores. El tema es competir en igualdad de condiciones”. Y vinculó el descalce a factores macro: “No puede ser que tengamos una macro desordenada, un tipo de cambio que no resiste análisis… una tasa del 80% cuando en el mundo es 3%”.
También apuntó a la estructura de precios: “Hoy no se vende ni nacional ni importado” y cuestionó la idea de que importar abarata al consumidor: “Si ahora es el 80% importada, que alguien me diga si la ropa bajó en los locales”. Para Galfione, el nudo está en la cadena comercial: “Más del 80% de lo que pagamos una prenda no tiene que ver con el producto… el problema no está en producir, está en comercializar”.