La tregua en Gaza pende de un hilo. Aunque el grupo terrorista Hamas cumplió con la liberación de los 20 rehenes israelíes, el acuerdo de alto el fuego, mediado por Estados Unidos, entró en una fase de máxima tensión por la entrega de los cuerpos de los cautivos fallecidos. Este miércoles, la organización islamista informó que devolvió más restos, pero lanzó una advertencia: no puede garantizar el hallazgo de todos los cuerpos debido a las "difíciles condiciones sobre el terreno".
En un comunicado de su ala militar, Hamas aseguró haber cumplido con su parte al entregar "todos los prisioneros vivos" y los cuerpos a los que pudo acceder. Sin embargo, atribuyó la imposibilidad de localizar al resto a la "destrucción generalizada" en la Franja, afirmando que se requieren "esfuerzos significativos y equipamiento especial" para la búsqueda. "Estamos haciendo grandes esfuerzos para cerrar este expediente", agregaron.
La entrega se materializó a través de un convoy de la Cruz Roja Internacional, que llevó dos féretros en la Ciudad de Gaza. Según confirmó el Ejército de Israel, los ataúdes fueron trasladados a territorio israelí para iniciar el protocolo de identificación con una breve ceremonia manejada por un rabino militar. Hasta el momento, Hamas no reveló la identidad de las víctimas, manteniendo la incertidumbre para las familias que esperan.
La respuesta de Israel fue inmediata y contundente. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, subrayó que su gobierno no aceptará ninguna concesión y que la devolución del último cuerpo es un punto innegociable del pacto. "No haremos compromisos y no detendremos nuestros esfuerzos hasta recuperar al último cautivo fallecido", afirmó, responsabilizando directamente a Hamas por cualquier tipo de retraso en el cumplimiento total del acuerdo.
Para meter más presión, las autoridades israelíes ya notificaron a las Naciones Unidas que podrían reducir o directamente retrasar los envíos de ayuda humanitaria programados para Gaza si no se acelera la devolución de los restos. Es una forma de subir la apuesta en una negociación donde la paciencia se agota, mientras la tregua se mantiene en un clima de tensión que podría quebrarse en cualquier momento.
El reloj corre en contra. El plazo original de 72 horas para el retorno de todos los rehenes, vivos y muertos, expiró a principios de esta semana. Si bien los cautivos con vida fueron liberados, el número de cuerpos devueltos sigue siendo bajo.