Después de más de dos décadas dentro del básquet profesional, Carlos Delfino tomó la decisión de colgar las zapatillas. A los 43 años, el escolta santafesino comunicó que no seguirá jugando, transformándose así en el último integrante en actividad de la Generación Dorada en dar por finalizada su carrera.
Sin actos formales ni despedidas rimbombantes, Delfino dio la noticia en diálogo con Doble Doble, donde confesó:
“Llegó el momento que pensé que no iba a llegar. Me encontré poniendo excusas para ir a entrenar y sin ganas de hacerlo. Ahí entendí que era el final. Estoy tranquilo, porque después de tanto sufrimiento con las lesiones, esta vez fui yo quien eligió cuándo dejarlo”.
De Libertad de Sunchales a la NBA
El “Lancha” debutó profesionalmente en 1998 con Libertad de Sunchales, y desde entonces construyó una carrera internacional destacada. Fue el primer argentino elegido en la primera ronda del Draft de la NBA (2003) y disputó más de 500 partidos en la liga más importante del mundo, defendiendo las camisetas de Detroit Pistons, Toronto Raptors, Milwaukee Bucks y Houston Rockets.
Su trayectoria también lo llevó a Europa, donde jugó en clubes de España e Italia, país en el que cerró su recorrido vistiendo la camiseta de Benedetto Cento, de la Serie A2.
Un campeón que marcó época
Delfino fue una pieza fundamental de la Selección Argentina que escribió páginas doradas en el deporte nacional: oro olímpico en Atenas 2004, bronce en Beijing 2008, además de títulos continentales como la AmeriCup 2011 y 2022, y el Sudamericano 2004.
A pesar de las lesiones que lo alejaron de las canchas durante largos períodos, su tenacidad y pasión lo mantuvieron vigente. Hoy, con el título de entrenador en mano, cierra una carrera repleta de logros, superación y orgullo celeste y blanco.
Con su retiro, el básquet argentino despide al último representante activo de una generación irrepetible. Delfino deja atrás las canchas, pero su legado quedará grabado para siempre entre los más grandes del deporte nacional.