A lo largo del día es común tener antojos o sentir hambre entre comidas. El problema es que muchas veces recurrimos a opciones rápidas que, en lugar de darnos energía, nos generan cansancio, pesadez o picos de azúcar. El snacking consciente busca cambiar esta dinámica y elegir colaciones que realmente acompañen tu bienestar.
Optá por alimentos reales
Las frutas, frutos secos, yogures naturales o bastones de verduras son opciones simples y mucho más nutritivas que los ultraprocesados. Cuanto menos empaquetado y más fresco sea el alimento, mejor.
Evitá el exceso de azúcar y harinas refinadas
Las galletitas, facturas o golosinas pueden saciar rápido, pero provocan un subidón de energía seguido de un bajón. En cambio, preferí snacks con proteínas o fibra, que mantienen estable la glucosa.
Sumá proteínas y grasas saludables
Un puñado de almendras, una tostada con palta o un huevo duro son ejemplos de colaciones que sostienen la energía durante horas y evitan el hambre repentina.
Escuchá tus señales de hambre
No siempre que tenemos ganas de comer es hambre real. Tomate un momento para registrar si necesitás alimento o simplemente una pausa, agua o movimiento.
Armá tus snacks con anticipación
Tener preparadas opciones saludables a mano (como frutas lavadas o un mix de frutos secos en la cartera) hace que sea más fácil elegir bien cuando aparece el antojo.