El ciclo de Ezequiel Medrán en Colón no es el mejor. Todo lo contrario. Tras la derrota ante Estudiantes (BA), el entrenador volvió a optar por el silencio, pero los números hablan por sí solos: seis partidos dirigidos, con dos empates y cuatro caídas. No ganó aún.
Si bien logró rescatar el punto ante Morón que garantizó la permanencia en la categoría, lo cierto es que llegó con la misión de darle un cambio de aire a un plantel golpeado y hasta acá todo sigue igual. El aura negativa no se disipa en un equipo que nunca estuvo a la altura.
Los datos son lapidarios en la comparación con sus antecesores. Medrán apenas consiguió dos puntos de 18 posibles, una producción incluso más baja que la de Ariel Pereyra (14), Andrés Yllana (7) y Martín Minella (6). En ese contexto, incluso si Colón le gana a Defensores Unidos en el cierre del torneo, el entrenador quedará como el de peor cosecha en toda la temporada.
La pregunta que inevitablemente surge es qué pasará después. Su continuidad para 2026 está claramente en jaque y dependerá de decisiones dirigenciales que, en medio de un año caótico, deberán definir si Medrán puede sostenerse en el cargo o si su paso por Colón será apenas un paréntesis breve y olvidable.