En diálogo con LT10, el Dr. Martín Maillo, médico neumólogo y alergólogo, explicó en detalle por qué la primavera es una época especialmente complicada para las personas con alergias respiratorias, y ofreció información clave sobre diagnóstico y prevención.
"Gracias por traer el tema, porque es sumamente común en este momento las consultas, las quejas y todo lo demás que hay rodeando a lo que pasa en primavera", introdujo el especialista. Según detalló, la principal causa de las alergias estacionales es la floración, que “genera en aquellas personas que tienen alergia a los pólenes, a ciertos pólenes, problemas específicos”.
Maillo aclaró que no todas las personas sufren alergias por igual: “No es que uno, por ser alérgico, tiene una flor o hay flores y le provoca algún problema esa flor o la floración, sino que aquel que es alérgico a esa flor, de tal árbol o de tal gramínea o de tal maleza, es el que tiene problemas con ese polen”.
Consultado sobre cómo detectar a qué somos alérgicos, señaló que se debe observar si existe una relación con la estacionalidad. “Cuando hay una relación estacional de los síntomas, ahí empezamos nosotros a indagar y a estudiar la posible causa que pueda provocar qué tipo de planta o de árbol está generándole el problema a esta persona”.
Además, Maillo explicó que los pólenes “están en el aire ambiente externo de los domicilios” y su presencia varía según la presión y humedad del día. Por ejemplo, “después de la lluvia la gente se pone mal, porque se levanta el polen que cayó con el agua en el piso, se levanta y se hace respirable”.
Respecto al entorno, desmintió que vivir en el campo signifique mayor riesgo de alergia. “No hay diferencias en cuanto a las proporciones, no es que vivir en el campo sea una mayor predisposición muy significativa a ser alérgico comparado a los pólenes en la ciudad”. Incluso agregó que en ciudades con muchos edificios altos, “tenemos menos vegetación, pero podemos tener mayor exposición aún que en el campo”.
Sobre la predisposición a desarrollar alergias, Maillo fue categórico: “Para ser alérgico, no cualquiera puede ser alérgico, sino aquel que puede”. Y explicó: “Uno tiene que tener genes de predisposición. Si papá y mamá son alérgicos, el chico tiene casi un 50% de chances de ser alérgico también”.
También aclaró un mito muy común: la supuesta alergia a los cambios de clima. “Eso es un buen ejemplo de algo que no existe. No existe la alergia al cambio de clima”, afirmó. Sin embargo, señaló que el cambio de clima “se considera un factor desencadenante” que puede agravar los síntomas en quienes ya tienen una alergia respiratoria preexistente.
Sobre los métodos de diagnóstico, explicó que aún se utiliza la testificación: “Se ponen unas gotitas en los antebrazos de los pacientes y cada gotita significa un antígeno, una causa de alergia. Se toca con una lanceta, se espera unos 15 a 20 minutos, y si aparece una reacción, ahí nos demuestra si esa persona es alérgica”.
Además, habló sobre los estudios en sangre: “El otro análisis de sangre es la IgE, que es un análisis para ver eso mismo que estamos viendo en la piel, pero a nivel de la sangre en un término de un número”.
En cuanto a los síntomas, destacó que la enfermedad alérgica más frecuente es la rinitis alérgica. “Los síntomas son picazón, nariz tapada, el goteo y los estornudos. Esos son los clásicos”, aseguró. También mencionó otras enfermedades comunes como el asma bronquial y la dermatitis atópica.
Finalmente, advirtió sobre los alérgenos ocultos en el hogar: “En el filtro del aire acondicionado es donde se concentran dos cosas que son las más comunes de alergia en nuestra zona: los ácaros y los hongos”. Por eso, recomendó limpiar los filtros de manera periódica para evitar problemas.