A partir de los 50 años, realizar actividad física de forma regular suele resultar más difícil, sobre todo cuando se trata de ejercicios de fuerza. Sin embargo, el entrenamiento sigue siendo clave para la salud: mejora la función cardiovascular, ayuda a controlar el peso, fortalece músculos y huesos y tiene efectos positivos en el ánimo y la memoria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada por semana en adultos para reducir riesgos de enfermedades crónicas. En ese marco, una propuesta práctica y de bajo costo se volvió tendencia: una rutina de 10 minutos con una silla como herramienta central.
Ejercicios simples y efectivos
La ventaja de usar una silla es que los movimientos resultan más seguros y de bajo impacto, lo que los hace accesibles para personas mayores o con movilidad reducida. Entre los más utilizados se encuentran:
- Sentadillas con apoyo
- Fondos de tríceps
- Abdominales sentados
- Elevación de piernas sentado
- Giros de torso sentado
- Subir y bajar de la silla (step up)
- Flexiones inclinadas apoyado en la silla
- Estiramientos guiados con la silla
Una rutina en 10 minutos
Con una combinación de estos ejercicios, se puede armar una serie simple para todos los días. Un ejemplo es el siguiente:
- 10 sentadillas con apoyo
- 10 fondos de tríceps
- 10 abdominales sentados
- 10 flexiones inclinadas apoyado en la silla
Repetir la serie tres veces, con descansos de 10 a 15 segundos entre cada ejercicio, permite completar la rutina en 10 minutos.
Este método, cada vez más popular, demuestra que no hace falta un gimnasio ni grandes equipos para mantenerse activo, ganar fuerza y cuidar la salud después de los 50.