Pasar varias horas frente a la computadora puede generar molestias en la espalda, el cuello o las muñecas si el espacio de trabajo no está bien adaptado. La ergonomía busca que tu escritorio se ajuste a vos, y no al revés, con cambios simples que mejoran la postura y reducen el cansancio.
Ajustes básicos:
- Altura de la pantalla: lo ideal es que el borde superior quede a la altura de los ojos para evitar inclinar la cabeza.
- Silla regulable: tus pies tienen que apoyarse completamente en el suelo y las rodillas formar un ángulo de 90°.
- Teclado y mouse: conviene que estén a la misma altura de los codos, con los brazos relajados y pegados al cuerpo.
Pequeños hábitos que suman:
- Iluminación adecuada: preferí la luz natural o un escritorio con lámpara de brazo para no forzar la vista.
- Pausas activas: levantate cada hora, movete y estirá los músculos.
- Apoyo lumbar: un pequeño almohadón en la zona baja de la espalda ayuda a mantener la postura.
- Organización del espacio: tener lo esencial a mano evita movimientos repetitivos innecesarios.
No hace falta una gran inversión para trabajar más cómodo, con algunos cambios prácticos podés cuidar tu cuerpo y aumentar la productividad al mismo tiempo.