Unión transita el inicio del Torneo Clausura peleando arriba y con una particularidad que pocos imaginaban: sus principales cartas de gol no son delanteros, sino volantes centrales.
Pasadas cinco fechas, Mauricio Martínez y Mauro Pittón se erigen como los inesperados goleadores, con dos tantos cada uno. El último partido ante Instituto (triunfo 4-0 en Alta Córdoba) fue una muestra clara: ambos se destaparon y le dieron al equipo la cuota de efectividad que venía buscando.
Su llegada desde atrás, más asociada a la sorpresa que a la obligación del gol, terminó marcando la diferencia en un equipo que todavía busca regularidad. El debe, sin embargo, sigue estando en los atacantes. Cristian Tarragona logró anotar y Marcelo Estigarribia rompió la sequía después de varios meses sin convertir, lo que representa un alivio y, al mismo tiempo, una esperanza de que a partir de ahora pueda encontrar mayor confianza y eficacia.
En un Clausura que se muestra parejo y disputado, Unión sabe que necesita que sus delanteros empiecen a hacerse cargo del gol. Mientras tanto, el protagonismo inesperado de Martínez y Pittón mantiene al equipo con vida y aporta variantes en un rubro que venía siendo una deuda pendiente.