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El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, transmitió este martes su decepción por el proyecto de expropiación de la petrolera YPF que ayer presentó Cristina de Kirchner.

Tras entrevistarse en Bruselas con el presidente alemán, Joachim Gauck, Barroso comentó que la decisión de expropiación del 51 por ciento de YPF anunciada este lunes por el Gobierno argentino preocupa mucho a la Comisión de los 27 socios y que Bruselas se siente "muy decepcionada" por esa decisión.

El portugués admitió que en las últimas horas se ha mantenido en contacto directo con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, para seguir al detalle la evolución de la crisis.

"Estoy muy decepcionado por la decisión de ayer", comentó Barroso, al tiempo que aseguró que el ejecutivo comunitario estudia en profundidad la decisión en estos momentos. A pesar de ello, no ha querido entrar en el análisis de posibles acciones de represalia de la Unión Europea (UE) contra la Argentina.

"He solicitado a los servicios de la Comisión que hagan un seguimiento estrecho del asunto y que lo hagan de manera prioritaria", explicó, sin ofrecer datos concretos.

Para Bruselas, dijo Barroso, es prioritario que no se "dañe el clima de negocios" entre la Argentina y el bloque comunitario. En su opinión, la medida tomada por la Argentina va en sentido justamente contrario a ese buen clima de cooperación.

"Esperamos que las autoridades argentinas respeten sus compromisos y sus obligaciones internacionales, en particular los que se derivan del acuerdo bilateral de protección de inversiones con España", aseguró.

En una primera reacción este lunes, la Comisión Europea aseguró que se trata de una medida muy negativa porque pone seriamente en duda la protección jurídica de las inversiones extranjeras en la Argentina.

En principio, la Unión Europea no tiene capacidad legal para neutralizar la decisión argentina o para reclamar compensaciones económicas en caso de que la expropiación finalmente se materialice.

En círculos de Bruselas se ha especulado con la posibilidad de que el Parlamento Europeo, reunido esta semana en Estrasburgo, pueda emitir quizás algún tipo de resolución en la cual se cuestione la decisión argentina.