En octubre de 1990, el cine fue testigo del inesperado éxito de Ghost, una historia de amor con tintes sobrenaturales que, contra todo pronóstico, emocionó a millones de personas alrededor del mundo. Protagonizada por Demi Moore, Patrick Swayze y Whoopi Goldberg, la película recaudó más de 500 millones de dólares a nivel global, superando a grandes títulos de la época como Mi pobre angelito.
La trama giraba en torno a un joven asesinado que regresaba como espíritu para proteger a su pareja. Aunque sonaba arriesgado, el resultado fue una mezcla única de romance, suspenso y comedia que tocó una fibra profunda en el público.
El proyecto no generó confianza desde el principio. Tanto el equipo como los actores se enfrentaron a interrogantes sobre cómo encajar elementos tan dispares en un solo relato. La elección del elenco fue clave para cambiar esa percepción.
Patrick Swayze, por entonces conocido por sus papeles de acción y romance físico, sorprendió al mostrar una faceta emocional que convenció a los realizadores. Por su parte, Demi Moore logró imponerse entre muchas actrices de renombre que fueron consideradas para el papel de Molly.
Incluso Bruce Willis, esposo de Moore en aquel entonces, fue uno de los candidatos al rol principal, pero rechazó la propuesta. Más adelante reconocería que fue un error.
La escena de la cerámica: símbolo de una época
Una de las secuencias más recordadas del cine romántico surgió en esta película. La escena en el torno de alfarería, acompañada por la canción Unchained Melody, consolidó la química entre los protagonistas y se convirtió en parte del imaginario colectivo.
A pesar de su fuerza emocional en pantalla, los protagonistas recordaron con humor que la producción de esa escena no fue tan sencilla como parecía. La arcilla, lejos de ayudarlos, fue un desafío. Años más tarde, Demi Moore admitió que sus intentos por hacer cerámica no fueron exactamente exitosos, pero guarda como recuerdo la pieza que realizó.
El camino de Goldberg y el reconocimiento
En el caso de Whoopi Goldberg, el papel de Oda Mae Brown llegó tras una reconsideración por parte del equipo. La actriz ya contaba con una nominación al Oscar, pero este papel la llevaría a ganarlo, consolidando su carrera y abriendo el camino hacia el codiciado estatus EGOT (Emmy, Grammy, Oscar y Tony).
Un mensaje que sigue vigente
El legado de Ghost va más allá de su éxito comercial. La película dejó una lección sobre la importancia de vivir el presente y valorar los vínculos antes de que sea tarde. Su mensaje, su música y su atmósfera romántica siguen resonando con fuerza, incluso 35 años después de su estreno.