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La propuesta oficial para que Daniel Reposo asuma al frente de la Procuración General de la Nación desató un sinnúmero de negociaciones ayer en el Senado, donde el oficialismo necesitará contar con dos tercios de los presentes para aprobar al candidato del Ejecutivo.

Los bloques opositores –decididos a impedir la designación– salieron a la caza de votos, alentados por un escenario que aparece incierto para el kirchnerismo. Sin demoras, también la bancada oficialista se puso a trabajar para asegurar la presencia de todos sus senadores y fogonear apoyos o, por lo menos, ausencias de algunos legisladores de la oposición.

Desde ahora hasta que el pliego de Reposo llegue al recinto pasará, al menos, un mes.

Antes, el Ejecutivo deberá publicar la propuesta en el Boletín Oficial, abrir un período de impugnaciones de dos semanas y enviarlo al Senado. Allí lo recibirá la comisión de Acuerdos que preside el kirchnerista Marcelo Guinle y que deberá sopesar las impugnaciones que –la oposición ya anticipó– recibirá la propuesta, además de convocar a una audiencia pública para debatir la designación. Una vez completos todos esos pasos, la mayoría oficialista en la comisión estará lista para avalar el nombramiento y recién allí el pliego llegará al recinto. El kirchnerismo y la oposición apuestan a conseguir en ese tiempo los votos que les faltan.

Lograr los dos tercios de los votos implica un desafío mayúsculo para el Frente para la Victoria, aunque la dificultad aparece atenuada porque ese porcentaje corresponde a los senadores presentes el día de la sesión y no al total de la Cámara. Será clave el equilibrio entre los presentes y los ausentes a la hora de la votación. Con 38 votos seguros, entre propios y aliados, Miguel Pichetto ya trabajaba ayer para asegurar el desembarco de Reposo en el Ministerio Público Fiscal.

La UCR, por su parte, se puso al frente de la avanzada opositora y aseguraba anoche contar con 21 de los 25 votos que necesitaría si todos los senadores estuvieran presentes para rechazar el pliego. Se sumaban en ese grupo los 14 radicales, los dos aliados catamarqueños, los 4 legisladores del Frente Amplio Progresista y la cívica María Eugenia Estenssoro. Para abultar la cosecha, los radicales esperaban conseguir además el acompañamiento del correntino José Roldán, que suele votar con ellos; del porteño Samuel Cabanchik, que últimamente se mostró filo-K; y de los 9 peronistas federales, aunque algunos de ellos sean apuestas dudosas.

La estrategia opositora apunta al recinto porque esa es, por ahora, la única posibilidad factible para rechazar el nombramiento de Reposo. Las impugnaciones que la Coalición Cívica y la UCR presentarán ante la comisión de Acuerdos difícilmente prosperen. No solo por la mayoría K en ese cuerpo, sino porque se basan en motivos políticos (la cercanía del titular de la Sigen con el vicepresidente Amado Boudou, a quien uno de los fiscales del Ministerio Público Fiscal está investigando) y no en impedimentos constitucionales.

La definición quedará entonces en manos del recinto. Y de los presentes a la hora de votar.