Adoptar una mascota es una decisión que debe tomarse con responsabilidad y conocimiento. Así lo afirman los veterinarios Omar Robotti y Marcelo Zysman, quienes coincidieron en que no se trata solo de una preferencia entre perros o gatos, sino de evaluar si el hogar puede responder a las necesidades reales del animal.
“El bienestar de un animal depende de poder garantizarle un entorno con vivienda, alimentación, cariño y cuidados médicos adecuados”, explicó Zysman en diálogo con un medio nacional. Por su parte, Robotti, profesor en la Universidad Católica de Córdoba, señaló que “la elección de una mascota no debe basarse en modas ni preferencias superficiales”.
Gatos: independientes pero no ausentes
Aunque los felinos suelen ser vistos como más autónomos, también requieren atención. Robotti explicó que “en ambientes cerrados es fundamental ofrecerles oportunidades para trepar, jugar y desarrollar sus comportamientos naturales”. Además, advirtió sobre los riesgos de dejarlos salir sin supervisión, tanto por el impacto ambiental como por la exposición a enfermedades, algunas de ellas transmisibles a humanos.
Zysman destacó que los gatos “pueden adaptarse bien a espacios reducidos y rutinas menos demandantes, siempre que cuenten con estímulos y atención adecuada”.
Perros: energía y rutina
En cambio, los perros necesitan una rutina activa. “Aunque tengan jardín, los paseos diarios son esenciales”, sostuvo Robotti. “Requieren tiempo para jugar, hacer ejercicio y educarse”. Zysman agregó que “el encierro sin estímulos puede derivar en conductas agresivas o posesivas”, por lo que es clave garantizarles socialización y exploración.
Además, ambos especialistas resaltaron que tener un perro conlleva una inversión constante en salud, alimentación y bienestar. Según el tamaño y la raza, los costos pueden variar significativamente.
¿Perro o gato? Depende del hogar
La elección debe basarse en el tiempo disponible, el espacio físico y la capacidad económica. “No se pueden subestimar las necesidades del animal”, remarcó Robotti. Zysman, por su parte, aconsejó desterrar mitos, como que algunas razas son más peligrosas o que los gatos son traicioneros: “Siempre es mejor consultar a un veterinario antes de adoptar, no después”.
¿Quién es más compañero?
Según Zysman, “los perros tienden a mostrar un vínculo más intenso por su carácter social, pero los gatos también brindan compañía, aunque con menos dependencia”.
¿Cuál es más fácil de educar?
Ambos coinciden: todos los animales pueden ser educados con tiempo y constancia. “La clave está en el compromiso del tutor”, apuntó Zysman. Y concluyó: “Si hay poco tiempo o espacio, quizá un gato sea la mejor opción. Pero la decisión debe ajustarse a la realidad, no solo a los gustos”.