La pediculosis es una enfermedad provocada por los piojos de la cabeza que afecta principalmente a los niños en edad escolar y sobre todo en la época de inicio de las clases ya que, aunque podemos encontrarlos en cualquier momento del año, la temperatura templada reinante en los meses de marzo y abril favorece su reproducción.
Los piojos pueden contagiarse de diversas maneras, la más habitual es por contacto directo, cabeza con cabeza, ya que no saltan ni vuelan, sino que se desplazan. El síntoma clásico es la picazón, que se produce porque el parásito se alimenta de la sangre del cuero cabelludo y, al hacerlo, inocula saliva que provoca enrojecimiento. El ardor puede ser más intenso detrás de las orejas y en la nuca, sectores del pelo donde, por sus condiciones de mayor temperatura y humedad, abundan más los piojos.
Hay medidas preventivas que pueden llevarse a cabo y, entre ellas, se encuentran:
– No apoyar la cabeza directamente en el suelo, el pasto o la arena.
– En la pileta es conveniente usar gorra de baño.
– Revisar periódicamente la cabeza de los niños, especialmente detrás de la cabeza y en la nuca, en busca de insectos adultos o liendres. Conviene separar el pelo ordenadamente mechón por mechón, debajo de una buena luz (lo ideal es la del sol).
Cómo tratarla:
– Una de las principales es la precaución, por lo cual, si hay casos alrededor, se debe revisar el cuero cabelludo de toda la familia con un peine fino y usar un repelente.
– Pasar el peine fino correctamente: se hace mechón a mechón, desde la raíz a las puntas e incidiendo en la nuca y detrás de las orejas.
– Si se confirma que hay piojos, avisar al colegio y al resto del entorno.
– Elegir el tratamiento adecuado. Tener en cuenta en todo momento las indicaciones del farmacéutico o del pediatra si se trata de niños menores de dos años.
– No confiar en tratamientos caseros.
– No usar el secador, ya que el calor inactiva el efecto del pediculicida.
– Extremar la higiene en la casa y lavar peines, ropa y accesorios con pediculicida o con agua muy caliente.
– Vigilar la cabeza de los chicos en días posteriores. Si es necesario, reaplicar el producto a los siete días.