Los trascendidos acerca de una posible nacionalización de YPF por parte del Gobierno –que terminarán de aclararse con la reunión entre Antonio Brufau (CEO de Repsol) y funcionarios del Ejecutivo–, tuvieron su correlato en el mercado financiero. Los papeles de YPF tanto en la bolsa local como en Nueva York caen desde ese momento hasta el 12%. Pero más allá de la reacción lógica ante el amague de un manotazo más del gobierno K sobre el sector privado, los bancos de inversión no cambiaron sus recomendaciones acerca de la compañía e, incluso, creen que las versiones son una “apriete” oficial para sacar ventajas ante YPF. Ese diagnóstico se desprende de los últimos informes que circulan entre importantes clientes sobre el estado de situación de la petrolera.
“Teniendo en cuenta las necesidades fiscales y financieras del Gobierno, la expectativa a un déficit fiscal, la escasez de divisas por el superávit en cuenta corriente, y las reservas internacionales del Banco Central sin brillo, creemos que el Gobierno no tiene recursos suficientes para nacionalizar o adquirir la participación en YPF. Por el contrario, creemos que los última postura agresiva del gobierno contra YPF tiene la intención de presionar a la compañía a reducir los pagos de dividendos en el exterior. Esto se explica por la necesidad del Gobierno de mantener las reservas del Banco Central lo más altas posibles”, explican los analistas del banco Santander.
Según calculan en la entidad, el pago de dividendos de YPF de 2012 –estimado en u$s 1.300 millones– “sería un gran golpe para las actuales reservas del Banco Central” en torno a u$s 47.000 millones. “En nuestra opinión, no está claro en este punto si la compañía reducirá los pagos de dividendos o no, pero hay que tener en cuenta que la participación del Grupo Petersen (25,46%) fue adquirida con préstamos concedidos por Repsol-YPF y un consorcio de bancos, que deben ser pagadas con los dividendos de YPF”, acota Santander.
Se estima que el pago de dividendo anual mínimo de YPF al Grupo Petersen para satisfacer los pagos del préstamo puede llegar a u$s 1.000 millones.
La entidad española que también opera en la Argentina tiene el precio target de la acción de YPF en u$s 43,20 contra los u$s 35,27 actuales. Su recomendación es “comprar”. Léase, la compañía tiene potencial de recuperar sus precios e incluso superar los valores que tenía antes de desatarse los rumores (u$s 39,88).
Para Bank of America-Merrill Lynch, “a pesar de que hay que seguir de cerca los acontecimientos y que algunos de los riesgos existen, es de esperar que esta situación tenga el potencial de ser menos grave de que lo que parece. Como resultado, mantenemos nuestra recomendación de compra”.
El precio objetivo de la petrolera, para BofA, es de u$s 50 el ADR ($ 260). Los riesgos a la baja en los precios del papel, dicen, son los siguientes: acontecimientos político/económicos de la Argentina, riesgos de nacionalización, la política energética en la Argentina, movimientos de los precios del petróleo mundial, la inflación de costos en la Argentina, posible aumento de la aversión global al riesgo que podrían afectar negativamente la percepción de la Argentina, y riesgo de tipo de cambio. Básicamente, para la entidad estadounidense, aquellos factores que podrían presionar hacia abajo el precio de las acciones de YPF provienen del Ejecutivo (directamente o indirectamente).
Finalmente, desde GPS Investment, “la posibilidad de una estatización de YPF empieza a perder fuerza y la corrección en la cotización de sus acciones en los últimos dos días luce como una atractiva oportunidad de compra”.
“La llegada de Brufau y su reunión con la presidente seguramente termine con anuncios de mayores inversiones en la exploración y producción de petróleo y gas. Es una vieja táctica del Gobierno generar esta serie de temores en el sector privado para conseguir sus objetivos. El Gobierno necesita equilibrar lo antes posible la balanza energética, hoy fuertemente deficitaria, y solo YPF estaría en condiciones de hacerlo”, sostiene GPS Investment.
“Teniendo en cuenta las necesidades fiscales y financieras del Gobierno, la expectativa a un déficit fiscal, la escasez de divisas por el superávit en cuenta corriente, y las reservas internacionales del Banco Central sin brillo, creemos que el Gobierno no tiene recursos suficientes para nacionalizar o adquirir la participación en YPF. Por el contrario, creemos que los última postura agresiva del gobierno contra YPF tiene la intención de presionar a la compañía a reducir los pagos de dividendos en el exterior. Esto se explica por la necesidad del Gobierno de mantener las reservas del Banco Central lo más altas posibles”, explican los analistas del banco Santander.
Según calculan en la entidad, el pago de dividendos de YPF de 2012 –estimado en u$s 1.300 millones– “sería un gran golpe para las actuales reservas del Banco Central” en torno a u$s 47.000 millones. “En nuestra opinión, no está claro en este punto si la compañía reducirá los pagos de dividendos o no, pero hay que tener en cuenta que la participación del Grupo Petersen (25,46%) fue adquirida con préstamos concedidos por Repsol-YPF y un consorcio de bancos, que deben ser pagadas con los dividendos de YPF”, acota Santander.
Se estima que el pago de dividendo anual mínimo de YPF al Grupo Petersen para satisfacer los pagos del préstamo puede llegar a u$s 1.000 millones.
La entidad española que también opera en la Argentina tiene el precio target de la acción de YPF en u$s 43,20 contra los u$s 35,27 actuales. Su recomendación es “comprar”. Léase, la compañía tiene potencial de recuperar sus precios e incluso superar los valores que tenía antes de desatarse los rumores (u$s 39,88).
Para Bank of America-Merrill Lynch, “a pesar de que hay que seguir de cerca los acontecimientos y que algunos de los riesgos existen, es de esperar que esta situación tenga el potencial de ser menos grave de que lo que parece. Como resultado, mantenemos nuestra recomendación de compra”.
El precio objetivo de la petrolera, para BofA, es de u$s 50 el ADR ($ 260). Los riesgos a la baja en los precios del papel, dicen, son los siguientes: acontecimientos político/económicos de la Argentina, riesgos de nacionalización, la política energética en la Argentina, movimientos de los precios del petróleo mundial, la inflación de costos en la Argentina, posible aumento de la aversión global al riesgo que podrían afectar negativamente la percepción de la Argentina, y riesgo de tipo de cambio. Básicamente, para la entidad estadounidense, aquellos factores que podrían presionar hacia abajo el precio de las acciones de YPF provienen del Ejecutivo (directamente o indirectamente).
Finalmente, desde GPS Investment, “la posibilidad de una estatización de YPF empieza a perder fuerza y la corrección en la cotización de sus acciones en los últimos dos días luce como una atractiva oportunidad de compra”.
“La llegada de Brufau y su reunión con la presidente seguramente termine con anuncios de mayores inversiones en la exploración y producción de petróleo y gas. Es una vieja táctica del Gobierno generar esta serie de temores en el sector privado para conseguir sus objetivos. El Gobierno necesita equilibrar lo antes posible la balanza energética, hoy fuertemente deficitaria, y solo YPF estaría en condiciones de hacerlo”, sostiene GPS Investment.