Hoy - En La Plata

Sábado 05 de Marzo de 2011 - 22:50 hs

Estudiantes volvió a festejar a lo grande ante Gimnasia

El Pincha estiró su paternindad y se impuso en el clásico por 2-0, gracias a los tantos de la Gata Fernández (ST 6m) y de Enzo Pérez (ST 38m), de penal. De esta forma, llegó a la cima del campeonato y hundió un poco más a su rival en descenso.

Fiel a los últimos años, Estudiantes volvió a sonreír ante Gimnasia, su más acérrimo rival. Lo venció por 2-0 en un Estadio Único colmado sólo por hinchas triperos, estiró su paternidad (en ese estadio jugaron nueve veces, el Pincha ganó siete y empataron dos) y relanzó su candidatura para defender el cetro de campeón. El Lobo de Cappa fue una lágrima y deberá mejorar muchísimo para mantener la categoría.

El primer tiempo fue muy disputado, un clásico de dientes apretados, mucha pierna fuerte y poco juego. La ecuación apenas cambiaba cuando la pelota pasaba por Neira –desequilibrante en el mano a mano- o por la Gata Fernández –poco acompañado por Barrientos-.

En ese contexto hubo un buen desempeño del tándem compuesto por Aued y Rinaudo para presionar y marcar. Enfrente Braña alternaba buenas y malas y Enzo Pérez no tenía la lucidez de tardes pasadas. Sin embargo, los dos equipos contaron con un par de chances para desnivelar: Massuero estuvo cerca de cabeza; Barrientos definió por arriba desde el punto penal; Sessa le ganó a Sánchez; y Córdoba perdió con Orión tras una brillante maniobra de Neira.

A los seis del complemento, cuando el visitante hacía poco y nada para romper la monotonía, un pelotazo de Desábato encontró sólo a Gastón Fernández, quien bajó el balón de cabeza y sacó un violento derechazo cruzado que dejó sin chances a Sessa.

Tras ese impacto, la Gata volvió a tener una situación casi idéntica para volver a gritar, pero esta vez perdió con el arquero. Luego, el duelo volvió al terreno de la lucha, un juego que no le sienta mal a Estudiantes, con un plantel y una historia forjada en mil batallas. El Pincha se replegó contra Orión y allí se desnudaron todas las falencias del equipo de Cappa, que tuvo la pelota hasta tres cuartos, pero que jamás inquietó con riesgo.

A falta de un cuarto de hora para el final, Estudiantes se plantó unos metros más adelante y en una llegada aislada sentenció el partido. Massuero, en un error impresentable, metió la mano en el área tras pifiar con la cabeza y Enzo Pérez cambió el penal por gol. El 2-0, le bajó el telón al picante clásico platense. Ganó el mejor.