Sucesos - PERFIL

Lunes 27 de Mayo de 2019 - 11:10 hs

Cómo funciona la cabeza de un femicida

Dos especialistas detallaron a LT10 algunos patrones de conducta que pueden servir para identificar este tipo de personalidades. Las falencias del Estado en la prevención de los femicidios.

Actualizado: Lunes 27 de Mayo de 2019 - 14:55 hs

En los primeros 140 días de 2019, en el país se cometieron 100 femicidios, y en el 39% de los casos la víctima convivía con el victimario. Según el relevamiento nacional realizado por el observatorio de la ONG Mumalá a partir de publicaciones en medios gráficos y digitales, entre el 1 de enero y el 20 de mayo se comete "un femicidio cada 33 horas", estadística que ya dejó a unos "80 niños sin sus madres".

Santa Fe es una de las provincias más castigadas por esta problemática. En la misma semana en la que el exagente penitenciario Facundo Solís fue condenado a cadena perpetua por el quíntuple femicidio de barrio Alfonso en 2017, una nena de 10 años y su mamá fueron asesinadas a puñaladas, presuntamente por la pareja de esta, quien habría confesado el crimen a su hermana. "Me mandé una cagada", le dijo el hombre a su familiar, tras lo que desapareció y permanece prófugo de la Justicia. 

La palabra del padre de la nena asesinada en barrio Punta Norte

Aunque es difícil tipificar una personalidad estrictamente femicida, se puede hablar de ciertos perfiles de gente que comete este tipo de actos. En general, la persona violenta es una persona que "tiene la idea de que todo le pertenece". 

Laura Quiñones Urquiza, psicóloga diplomada en Criminología, Criminalística y Derechos Humanos, detalló a LT10 digital una serie características que pueden servir para identificar este tipo de personalidades: en primer lugar, hay que tener en cuenta que lo único que tienen estos asesinos en común es que odian a las mujeres, ya sea porque fueron rechazados o porque no pueden seguir sometiendo a sus víctimas. 

Muchos de los hombres que terminan cometiendo femicidios, han tenido conductas anticipatorias. Las amenazas verbales a las mujeres con las que tienen una relación, la violencia y abuso sexual, el no cumplimiento de órdenes de alejamiento, agresiones físicas, vigilancia previa, comunicaciones no deseadas o la búsqueda de desprestigio y ridiculización de sus parejas son parte del accionar previo de un femicida.

Todas estas señales previas de alerta tienen un sólo fin: destruir la psiquis de una mujer, siempre con un conjunto de factores o conductas de mediano o alto riesgo. En los casos en los que no logran en sometimiento total de sus víctimas, los violentos se convierten en femicidas, cometiendo los asesinatos más cruentos. 

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La posesión como móvil en los crímenes de género

Nora Leal Marchena, médica psiquiatra y presidente del capítulo "Violencia social y salud mental" de la Asociación de Psiquiatría Argentina, indicó a través de Todo Pasa que el femicida "niega lo que necesitan o desean los demás, todo pasa por sus propias necesidades o deseos. Es como si fuese una criatura, en algún punto. Cuando se es chico, solo se ven las necesidades propias: esta gente ha crecido y se desarrolló, pero sigue pensando que es el centro del mundo", explica.

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En ese contexto, una mujer es su pertenencia: "está para su uso". La mujer es un sujeto humano con otras necesidades que el femicida no acepta, al punto tal de que no puede pensar que esa otra una persona con voluntad propia. 

En muchos casos, el odio que le genera que esta mujer que "le pertenece" se revele a su subordinación es tan importante que no solo la mata a ella sino a todas las personas tenga cerca: sus hijos, su madre, etc. "Los piensa como una extensión, entonces mata a ella y sus extensiones", indica.

Sobre la mujer como objetivo principal de la descarga de esta violencia machista, la especialista explica que generalmente estos hombres también son violentos con los demás, pero "la mujer es como su pertenencia más íntima, su mayor posesión". La sensación de poseer a su pareja es más fuerte que en cualquier otro tipo de relación social. 

La palabra del padre de la nena asesinada en barrio Punta Norte

¿Qué pasa con la prevención? ¿Es posible modificar este tipo de conductas? Para Leal Marchena sería posible prevenir los desenlaces fatales si las instituciones funcionaran de forma correcta. En el mayor porcentaje de los casos de femicidios, se trata de asesinos que ya poseen denuncias previas por violencia de género. Denuncias a las que ninguna de las instituciones del Estado pudieron dar respuesta de forma concreta para cuidar a las mujeres en situación vulnerable. 

Además, la psiquiatra destacó que la prevención comienza desde la niñez, con una crianza adecuada de contención para evitar la violencia inculcada en todos los ámbitos de la vida. "Es un tema que hay que trabajar desde la crianza y la educación para evitar que se llegue a estas situaciones".

"Las leyes son muy poco preventivas. Si entendemos que la persona tiene un nivel de riesgo muy alto para los demás esta persona tiene que estar controlada, tiene que ir a una psicóloga, presentarse en Tribunales, tal vez usar una tobillera: tienen que haber medidas que no se toman preventivamente. No sé si está permitido en las leyes, pero no hay un sistema preventivo en estas cuestiones, entonces actuamos sobre la tragedia", concluyó. 
 

 

Audio: Nora Leal Marchena, médica psiquiatra

Fuente: Lt10