Nahir ya tiene 20 años y parece que pasó una vida en este año y un mes que pasó tras el asesinato de Fernando Pastorizzo el 29 de diciembre del 2017. Es una situación rara pero si se compara a la joven de aquellos días con la mujer que está dentro del penal se puede decir que, a simple vista se siente más dichosa que la de hace un año.
El 2018 fue un año catastrófico tras el asesinato. Declaró por segunda vez por haber matado al su joven novio tras una discusión que tuvieron en la puerta de la casa del barrio de Gualeguaychú donde vivían. Galarza disparó sobre la humanidad de Fernando con el arma reglamentaria de su padre (es Policía), que pudo encontrarla arriba de la heladera, lugar donde siempre estaba la 9mm.
El calor es agobiante en la celda de Paraná donde se encuentra alojada purgando una prisión perpetua. Los últimos días no ayudaron y las temperaturas fueron realmente altas. No hay aire acondicionado y un ventilador ayuda pero no del todo. Según cuentan testigos, la joven se pasa todo el día leyendo o estudiando. Los libros se los acercan personas que tienen contacto con ella debido a que creen en la versión de Galarza que sufría violencia de género. Además todos los fines de semana la visitan sus padres Marcelo y Yanina y su hermanno.
La joven explicó en una nota con el sitio Infobae que "más allá del drama, del dolor, de lo que pasó, me estoy tratando de reinventar, de empezar con lo que quedó". Además asegura que piensa todos los días en estar afuera del penal.
Hay una persona más. Nahir trata de evitarlo en las entrevistas al tema pero, según cuentan testigos, hay alguien nuevo que apareció ya hace unos meses en su vida. La versión se conoció hace un tiempo pero ahora el rumor ya es un hecho y, al parecer, hay una relación sentimental que crece día a día con llamados telefónicos y alguna que otra visita en el penal.
Matías Caudana tiene 20 años (la misma edad que Nahir) y es el hijo de un conocido y peligroso narcotraficante que cumple condena dentro de esa misma cárcel. En una visita, gritó el nombre de la joven y cuando esta se dio vuelta puso su mano sobre su oído e hizo la seña de un teléfono mientras le afirmó "te voy a llamar". La joven hizo una mueca que luego fue sonrisa y de esa manera comenzó la relación entre Matías y Nahir.
Si bien se ven seguido, según la joven no hay amor pero si una gran amistad. Lo cierto es que la relación avanza y cada vez, cuando se puede, se los ve más tiempo juntos.
Quién es el muchacho
Matías estuvo implicado en la causa de su padre Gonzalo Caudana, el zar de la cocaína de Paraná, siempre supo que las pruebas en su contra eran contundentes pero quería hacer todo lo posible para salvar a su hijo. Por eso, dos meses antes del juicio, contrató a Augusto Lafferreire, un abogado con buena fama dentro del penal por haber conseguido la libertad de dos hombres acusados de comercializar estupefacientes. En ese entonces, a mediados del 2018, nadie imaginaba que los Caudana iban a lograr despegarse de las crónicas entrerrianas del narcotráfico para convertirse en los protagonistas de una historia de amor criminal.
El caso
La madrugada del 29 de diciembre Nahir Galarza (19) mató con el arma reglamentaria de su padre policía de dos disparos y a sangre fría a Fernando Pastorizzo con quien mantenía una relación desde hacía más de cuatro años.
Ese mismo día a las 10:10 de la mañana declaró por primera vez ante el fiscal. Confesó que habían estado juntos la noche anterior y que habían discutido, pero aclaró que no era su novia y que se enteró de la muerte de Fernando porque lo llamó la madre de él para contarle lo que había pasado.
A las 22:42 de ese mismo día, volvía a presentarse ante la justicia pero esta vez para confesar el crimen. "Cuando Fernando salió de su casa ella iba atrás en la moto, que la persona que le disparó fue ella, que lo hice con el arma de su papá la cual estaba arriba de la heladera, donde la pone siempre, la saco sin que lo sepa, como dije los dos disparos los hice con esa arma de fuego, luego di la vuelta a la manzana y me fui caminando a mi casa, dejé el arma en su lugar sin que mi padre se diera cuenta y me fui a acostar, aclarando que la llamada que hice a Fernando porque quise, aclaro que mi familia no tiene nada que ver, ni mi madre ni mi padre, soy yo la responsable del homicidio, en este acto muestra cómo se arma un arma de fuego, y explica que se saca primero el seguro y luego se agarra arriba se tira para atrás y se suelta, y con eso está lista el arma".