La Policía de Brasil detuvo esta tarde a Ángel Gabriel Rolón, el joven santafesino sospechado de quemar a Bernarda Massolo, la chica de 20 años que partió con él en un viaje al vecino país y que en estos momentos se encuentra en grave estado por las quemaduras sufridas.
La detención se produjo en la localidad de Candelaria, a 107 kilómetros de Santa María, estado de Río Grande do Sur.
Tania, la mamá de de Bernarda, confirmó desde Brasil a www.lt10.com.ar que fue convocada por la policía para reconocer al detenido.
Por su parte, la tía de la joven confirmó que se trata del novio de su sobrina, quien pernamecerá detenido en prisión preventiva, mientras continúa la investigación por el intento de homicidio de Bernarda.
La La fiscal Débora Días, de la delegación especializada en Atención a la Mujer de Santa María publicó en las redes la detención:
Tal como lo adelantara en el programa Todo Pasa, por LT10 este lunes, lo que parecía ser un viaje de placer para encontrar nuevas experiencias terminó siendo un verdadero suplicio para Bernarda Massolo quien fue quemada en el 57% de su cuerpo.
La joven de 20 años, hace cuatros meses emprendió viaje hacia Brasil para poder trabajar como malabarista en el verano. Lo hizo junto a su pareja, Ángel Gabriel Rolón, quien oficia de malabarista y tiene algunos años más que ella. Rolón es el principal apuntado como autor del hecho que se registró en Santa María.
Por el momento la Justicia brasilera caratuló el caso como ataque como tentativa de femicidio.
Según se denuncia, fue el malabarista el autor del hecho y la misma información es la que brindó Tania, madre de la víctima que se encuentra en Brasil para asistir a Bernarda. Según la mamá, su hija alcanzó a relatar que Rolón la roció con querosene y le prendió fuego con un fósforo.
En los relatos en las redes sociales tras lo ocurrido, empezaron a aparecer nuevas denuncias sobre el joven y la mayoría apuntan a su agresividad a la hora de consumir alcohol y otro tipo de estupefacientes. Además, siempre según el relato de testigos, eran constantes las peleas en las esquinas de Santa María entre Rolón y otros sujetos para conservar la zona de trabajo.