Horacio Baccaro está cerca de cumplir 50 años de los cuales 40 lleva agradeciendo a la vida la segunda oportunidad que le dio. En 1978 cuando tenía 9 años, se salvó de milagro de ser una de las víctimas de la tragedia ferroviaria más grande de la historia de Santa Fe y la segunda a nivel nacional.
Se trató de una colisión entre la formación Estrella del Norte del Mitre y un camión frigorífico en la localidad de Sa Pereira que dejó un saldo de 55 muertos e igual número de heridos.
A pesar de que era un niño, Horacio recuerda con lujo de detalle lo que vivió aquel 25 de febrero. Por lo tanto y a raíz del Día del Ferroviario, en diálogo con El cuarto poder Baccaro revivió la tragedia.
En ese entonces, Horacio pertenecía a un grupo de boy scout del barrio de Lugano de Buenos Aires que había ido de campamento a la provincia de Tucumán.
Al momento de la vuelta a la Capital Federal, a Baccaro y sus compañeros le habían asignado el coche 04 de los tantos que transportarían a 2100 pasajeros. Si bien faltaban horas para el horror, allí comenzó el milagro.
"Antes de salir sacan la formación del lavadero, vemos nuestro vagón con el numero escrito con tiza y pocos instantes después un empleado ferroviario le cambia el número al 01 y al nuestro lo ubicó más adelante, cerca del coche comedor", relató.
Parece un dato menor, pero según recuerda "ahí se produce para nosotros el milagro porque la mayoría de las víctimas fueron del coche 01".

El momento trágico
El choque ocurrió en el paso a nivel entre la RN 19 y el ramal ferroviario Rosario-Tucumán. "Era un paso de nivel sin barreras pero con un excelente visibilidad. No había niebla, el día era luminoso y había amanecido hace unos minutos".
No obstante, la imprudencia fue la protagonista. "Pasa primero un micro de larga distancia que se arriesga a ganarle al tren y el camionero que manejaba un Ford 600 que llevaba 25.000 kilos de grasa comestible y latas de Corned beef, vio que pasaba el colectivo y él también se mandó".
La formación que "venía con exceso de pasajeros y de cargas" no pudo evitar el choque: "El tren al impactar y descarrilar siguió su carrera varios metros".
"Recuerdo el descarrilamiento por la pulverización de piedras de la vía y los astillones de los durmientes contra las ventanas".
Asimismo, la colisión provocó que dos coches del centro se incrustaran entre sí. Uno de ellos era el que le habían cambiado a Horacio y sus compañeros. Al recordarlo, Baccaro sentenció: "Toda mi vida sentí que otros murieron por nosotros".
A pesar de tamaña escena, "lo que más me quedo es la solidaridad del pueblo de Sa Pereira", afirmó el sobreviviente.