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En un clima distendido y amistoso, luego de la fuerte tensión generada meses atrás a raíz de los controles a las importaciones, la presidenta Cristina Fernández se reunirá mañana con su par Dilma Rousseff para avanzar en el análisis de una propuesta que comparten ambos países y que busca frenar el ingreso de mercadería china a muy bajos precios. Se sumará a la delegación oficial una comitiva de entre diez y quince empresarios que almorzará con las mandatarias y dirigentes del establishment de ese país.
 
El viaje de la mandataria tiene como objetivo la inauguración de la nueva sede de la embajada argentina en Brasil, pero aprovechará para mantener un encuentro a solas con Dilma, el primero luego de la escalada del conflicto comercial en mayo pasado. Podrían haberse encontrado en la Cumbre del Mercosur de Asunción, pero Cristina estuvo ausente.
Los empresarios fueron invitados de apuro, al conocerse que Rousseff había convocado a directivos de compañías al convite en el Palacio del Planalto. Viajarán a Brasilia Eduardo Eurnekián, de Corporación América; Alejandro Bulgheroni, de Bridas; Cristiano Rattazzi, de FIAT; José Ignacio de Mendiguren, titular de la UIA; Sebastián Eskenazi, del grupo Petersen; y Hugo Sigman, del grupo Chemo. También fueron invitados Roberto Urquía, de Aceitera General Deheza (AGD) y Federico Nicholson, de Ledesma, pero hasta anoche no estaban confirmados.

Los directivos llegarán esta noche a la capital brasileña para participar mañana del almuerzo conjunto y aprovechar la tarde para mantener encuentros con empresarios del vecino país. La situación del real será uno de los principales temas de conversación entre los hombres de negocios, dado que ayer Brasil aplicó un impuesto sobre las operaciones de derivados, para intentar frenar la apreciación de su moneda. Revaluación que hasta ahora le daba oxígeno a la competitividad cambiaria de la Argentina, amenazada por la inflación interna.
El martes el real había cerrado en su máximo nivel en 12 años –1,53 por dólar– y hay mucha preocupación en el vecino país.

Este también será uno de los ejes del encuentro entre las mandatarias, ya que el escenario cambiario, pese a las medidas de ayer, beneficia a la Argentina, pero a su vez obliga a Brasil a adoptar acciones que pueden afectar a sus socios comerciales, como ocurrió con los controles a la importación de autos.

Entre las medidas que Brasil impulsará para evitar la pérdida de competitividad está la suba del Arancel Externo Común (AEC) a unas 100 posiciones arancelarias, propuesta que Dilma ya esbozó en la cumbre del Mercosur y sobre la cual insistiría en el encuentro con Cristina. El gobierno argentino adelantó que aceptaría la iniciativa, ya que el país lo había propuesto en 2009, por lo que podría discutirse con el resto de los socios en la próxima reunión del bloque, que se realizará en Montevideo en agosto.

También viajarán a Brasilia los ministros de Industria, Débora Giorgi, y de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, quienes podrían eventualmente mantener reuniones con sus pares, aunque no están agendadas.