Mientras en el aire todavía flotan los ecos pasados del tradicional grito "Estudiá, Estudiá..." que recuerdan gestas históricas, la realidad muestra otra cara en 57 y 1: materialmente no quedó nada en pie del viejo "Dr. Jorge Luis Hirschi", montado entre la ciudad y el Bosque platense, y en cambio toma forma de manera acelerada el nuevo estadio. Más de 150 obreros generan el molesto ruido de la construcción, que no es tal para un Estudiantes que, en el cuarto puesto del torneo local, mitiga con una sonrisa la ansiedad de volver a una casa renovada, moderna, del siglo XXI.
El domingo 28 de agosto de 2005, en el marco del triunfo 1-0 sobre Gimnasia, cedió un tablón de madera de los más altos de la tribuna de la calle 55 -donde se ubicaba la parcialidad local-, lo que provocó que Claudia Jones cayera desde más de 15 metros y sufriera milagrosamente sólo una pequeña fractura que le demandó apenas un día de internación. Pero eso le alcanzó a la Municipalidad de La Plata, en ese entonces a cargo del intendente Julio Alak, para clausurar el estadio por tiempo indefinido, a pedido de los organismos de seguridad. Sin que nadie lo sospechara, ése sería el último partido allí, ya que dos años más tarde fue demolido, y dejó como consecuencia para los hinchas albirrojos un largo peregrinar por canchas ajenas: la de su clásico rival, Quilmes, Arsenal, Racing y el Estadio Ciudad de La Plata.
El viejo estadio de Estudiantes. Foto: Archivo
Ese sufrimiento por el desarraigo del lugar que albergó a sus simpatizantes desde 1907 fue paliado por los éxitos deportivos. En esos años, con el regreso de Juan Sebastián Verón, Estudiantes volvió a vivir una época gloriosa: conquistó su cuarta Copa Libertadores (2009) y sumó dos títulos locales a su historial (2006 y 2010). Ese fue un bálsamo para las comisiones directivas del momento que poco lograron avanzar para la vuelta. Tras varios proyectos que fueron descartados y una dura lucha con las ONG´s ambientalistas, la gestión de Enrique Lombardi fue la que dio un gran impulso, comprometiendo mucho dinero para ser quien cortara la cinta. Pero no llegó. A fines de 2014, la Bruja le ganó abrumadoramente las elecciones, se convirtió en presidente y le dio el empuje final. Será él quien se quede con la foto histórica.
El gran paso lo dio el pasado 23 de febrero, al firmar el convenio con la Unión Transitoria de Empresas Marín-Saddemi Construcciones para desarrollar la etapa final, por un monto de 191.382.105,42 pesos y con la promesa de concluirlo en un plazo de 420 días. "Cuando asumió Verón nos encontramos con la necesidad de poder terminar un estadio dentro de una situación económica compleja, y decidimos cambiar la finalidad a lo que llamamos un estadio sustentable en el tiempo", cuenta el secretario de Obras y Mantenimiento de Estudiantes, el ingeniero Juan José Calderón.
¿Es complejo hacer un estadio nuevo para un club de fútbol en el contexto de la economía argentina? "No sé el resto, pero si Estudiantes hubiera invertido la plata que está invirtiendo para jugar al fútbol sólo dos veces al mes nos comprábamos un problema gigante. Decidimos tomar la idea de un estadio de uso diario, y a partir de ahí buscar la financiación, porque no se podía desarrollar afectando los gastos ordinarios", agregó el dirigente albirrrojo, quien estima que la fecha de inauguración será en octubre próximo.
La financiación llegó de afuera, con tres empresas: Experiencia Fútbol SA, que se encargará por diez años de explotar la comercialización de las más de 10 mil plateas; la cadena Sport Club, que alquilará durante una década un espacio de 1000 metros cuadrados para montar un gimnasio abierto al público; y Globant, que desarrollará una el uso de las tecnologías en la relación con los consumidores del fútbol. Por todo esto, Estudiantes recibió un adelanto cercano a los 6 millones de dólares. Y todavía le falta una fuente de ingreso más que es el "naming" del estadio, que se agregará al "Jorge Luis Hirschi".
Otro ingreso importante son los palcos, que los vende exclusivamente el club (se pueden usar diariamente como oficinas más allá de los eventos deportivos y culturales), y tiene a Juan Sebastián Verón como principal promotor: había afirmado que volvería a vestir la camiseta albirroja si los hinchas adquirían el 65% antes de fin de 2016. Si bien la institución no informó la cantidad que lleva recaudado, la Brujita ya está entrenándose para jugar este año la Copa Libertadores. El próximo domingo debutará de manera no oficial, ante Bayer Leverkusen, en la Florida Cup.
En lo edilicio, el estadio en construcción tendrá una capacidad para 25 mil espectadores y presentará como novedades un museo, un paseo de comidas, un estacionamiento para 400 autos, una sala de conferencias, pileta, oficinas administrativas y hasta un hotel.
Tras más de una década de espera, para los hinchas el sueño de la vuelta a casa está en la etapa final, y lo esperan con la ilusión que fecha a fecha le genera el equipo de Vivas, que está plantado para dar la batalla por el título.
Otro aspecto, el mismo sentimiento
El viejo estadio, escenario de tantas glorias pincharratas, se utilizó por última vez en agosto de 2005, en la victoria por 1-0 en un clásico ante Gimnasia; la nueva estructura va tomando forma; impulsada por el ex presidente Lombardi, será inaugurada por la Brujita Verón.