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Mientras que suceden escenas de profundo dolor en el barrio Luna de Hurlingham, donde vivía Candela Sol Rodríguez, la Justicia decidió poner la lupa sobre la familia de la niña, en medio de fuertes sospechas de que su secuestro y posterior asesinato pueda deberse a un ajuste de cuentas del asesino con algún miembro del entorno directo de la nena, cuyo cadaver apareció el miércoles tirado en una colectora del autopista del Oeste.

Fuentes judiciales y policiales informaron a Noticias Argentinas que, en medio de este cuadro de situación, el fiscal Marcelo Tavolaro se interesó particularmente por la relación de una de las tías de Candela con un narcotraficante que había sido secuestrado meses atrás. El funcionario judicial ya indagó al padre de la niña y tenía previsto indagar en las próximas horas hacer lo propio con Carola, la madre.

Las sospechas de los investigadores sobre la familia de Candela apuntan especialmente a una de las tías de la niña, quien recibió días pasados un llamado extorsivo para que entregara dinero a cambio de la liberación de la nena, que a esa altura ya llevaba una semana en condición de desaparecida.

El hecho de que el cuerpo de Candela haya sido tirado en Hurlingham, a sólo 30 cuadras de la casa familiar, también despierta sospechas entre los investigadores, quienes apuntan la pesquisa a una actividad desarrollada por la familia de la nena, tras recibir el testimonio de vecinos que pidieron reserva de identidad.

Algunos incidentes se registraron esta tarde en el cementerio de Hurligham cuando parte de los presentes le lanzaron fuertes recriminaciones a Carola, la madre de Candela Rodríguez.

Empujones y forcejeos se sucedieron en torno al lugar donde en minutos más serán inhumados los restos de la nena de 11 años cuyo cadáver fue encontrado ayer, tras nueve días de búsqueda. Ante las recriminaciones, miembros del círculo íntimo de la mujer la rodearon para protegerla, mientras algunos exaltados intentaban acercarse a ella.


Candela fue asfixiada, según lo reveló la autposia realizada por peritos forenses. Fuentes policiales confirmaron que Candela sufrió "asfixia mecánica", que le provocó la muerte, pero aclararon que no había "signos de violencia corporal", tal como se había informado en un primer momento.

Además, la autopsia reveló que la niña fue ultimada entre 36 y 48 horas antes del hallazgo de su cuerpo, es decir entre el lunes desde las 20:30 al martes a las 8:30.