Con un Facundo Conte en llamas, la selección argentina de vóleibol debutó este domingo con una enorme victoria 3-0 (25-23, 26-24 y 25-18) ante Irán en los Juegos Olímpicos Río 2016, en un partido que se disputó en el espectacular estadio Maracanazinho.
Ya consolidado como la gran figura del equipo, Conte hizo todo: Atacó, sacó, bloqueó y defendió, para terminar con una marca de 21 puntos. Y siempre en un nivel superlativo, lo que al conjunto albiceleste le valió por partida doble. Por un lado, por su propio aporte individual. Y por el otro, porque hizo que los iraníes tuvieran siempre un ojo en él, y eso le permitió a sus compañeros jugar con menos presión.
Ante un Maracanazinho -se llama así porque está en el mismo predio que la mítica cancha de fútbol- pintado de celeste y blanco por la presencia de decenas de argentinos en las tribunas, el equipo que dirige Julio Velasco se sacó la espina ante una selección que le había ganado las dos veces que se habían enfrentado este año.
Además, Velasco esta vez se pudo quedar con el duelo de entrenadores argentinos, ya que el de Irán es Raúl Lozano, otro de los exitosos DT's de la tierra del tango que andan por el mundo.
El encuentro comenzó parejísimo y nunca perdió esa tónica. Se trata de dos selecciones que se conocen mucho, y eso quedó claro en el desarrollo desde el minuto uno. Pero la performance del número siete de Argentina rompió esa paridad en los momentos clave.
Si el espectáculo que brindaban los protagonistas dentro del rectángulo de juego era excelente, el show musical y de luces del Maracanazinho en los intervalos no tenía nada que envidiarle. Casi al instante de terminado un punto, comenzaban a sonar los acordes.
Es más, si el tanto era para Argentina, aparecía música de ese país. En cambio, cuando el que festejaba era Irán, el sonido tenía que ver con la cultura de esa nación.
Punto a punto, la confianza del conjunto de Velasco fue aumentando, y en el tercer set logró lo que no había podido en los demás parciales: Abrir un margen en el tanteador. Nunca grande, nunca definitivo, pero sí un poco más tranquilizador que lo ocurrido hasta ahí.
El "somos locales otra vez" arrancó a sonar en la tribuna cuando el equipo estaba 19-15 en el tercer parcial y siguió hasta el cierre, que fue con un error de Irán forzado por un remate de Conte, de quién si no.