Fútbol - Por Gustavo Mazzi

Miércoles 03 de Febrero de 2016 - 19:38 hs

¿Cuánto falta para los partidos sin equipos visitantes?

Actualizado: Martes 15 de Marzo de 2016 - 09:52 hs

Durante el verano, muchos futbolistas profesionales (varios de ellos consagrados a nivel internacional), convirtieron un campo de fútbol en una guerra medieval. Una de las consecuencias de la presión por “ganar como sea” (aún un amistoso) es que pone a prueba la moral de los hombres. Entonces, aparece lo peor: se acepta la astucia y ese espíritu ventajero que le da espesor al engaño, a las patadas, el victimismo y las infamias.

Sigue enquistada la sensación generalizada de que estamos mal y que –dadas las condiciones imperantes de todo tipo– seguiremos empeorando. Y da pena, da lástima y da bronca. En ese orden. Si hasta los partidos con más bronceador que aceite verde dejaron de ser un relax estival para convertirse en descomunales grescas, con ajustes de vaya uno a saber qué cuentas pendientes entre los propios enajenados señores de pantalones cortos.

Para colmo de males, la Conmebol acaba de pisotear los últimos brotes de coherencia para erradicar la violencia de nuestro territorio y superficies cercanas. Castigó duro y no se bancó presiones. El gran, y hoy muy observado negocio de la pelota, escribió hace pocas horas otra página triste. Aquel lamentable gas pimienta arrojado a los ojos de todos quienes de una u otra forma estábamos aquella noche “latiendo” en la Bomobonera, quedó archivado en Paraguay  como un “juego de niños rebeldes”, a la luz de las suspensiones definitivas. Y les aclaro que no se trata de Boca, Racing, Central y hasta River mismo, beneficiados con esta extraña “contrasanción”. Se trata de vos, de mi, de la familia, de proteger el espectáculo y condenar de una vez por todas los actos violentos que siguen degradando y hasta humillando el fútbol.

Se acerca el momento en que otra vez se levantará el telón de una nueva temporada, para dejar ver a sus actores en escena. El público está deseoso de ir al gran teatro futbolero, hasta casi sin importar quienes son los que representan la obra. Es que una de las grandes motivaciones de la gente pasa por descubrir si la misma es una función cómica, de terror o un clásico… algo que no se podrá dilucidar hasta superar un par de capítulos, y aún así, la misma tendrá chances de transformación, como pasó con los santafesinos en el año que se fue.

Hace un tiempo que en los estadios argentinos nos quedamos sin hinchas visitantes, irrefutable prueba de una derrota estructural. Una muestra clara que nuestra “número cinco” se mueve con la inercia de la involución. ¿Ahora iremos camino a quedarnos sin jugadores visitantes? Les confieso que no sé cómo sería, pero alguna idea se les va a ocurrir para tapar la barbarie y nunca terminar con ella… Y mientras seguimos sin encontrar la salida, en nuestro fútbol incoherente alguien tal vez esté pensando en jugar un partido ya no sólo con una hinchada, sino también… con un solo equipo!

Fuente: LT10 - Gustavo Mazzi