Intensidad, ardor, pasión y compromiso. Quedaron heridas abiertas que se cicatrizarán rápido con el orgullo de un equipo receptivo al sacrificio que dejó todo en la cancha, que no se guardó nada. Si el esfuerzo inspira contagio, el mensaje está asegurado: Los Pumas volvieron a rugir delante de la historia grande del rugby mundial. Rebeldes, indómitos... estas son las virtudes de un equipo que no se rindió nunca aún en la derrota.
Argentina perdió de pié, entregando hasta el último pellejo con honor, porque hubo entrega y también mucho honor. La derrota en este tipo de partidos duele como siempre, pero esta vez no condena. La eliminación repercute en el corazón, en la mente y hasta en las tripas, pero como este grupo eligió la épica para desafiar a las grandes potencias, por eso la caída tiene su recompensa. La garra, la generosidad y la determinación, fueron el combustible emocional que los arrimó hasta la mismísima gloria. Esa que no se ve pero sí se siente en el pecho de los argentinos. Porque corriendo detrás de la ovalada también se llega al sentido de pertenencia.
Los sentimientos se transmiten, y el rugby es un fantástico vehículo de hermandad y lealtad en tiempos de tanto exitismo. Al margen de triunfos resonantes y derrotas profundas, Los Pumas son “bandera”. Una fantástica manera de llenar algunos vacíos cotidianos de tantos compatriotas. Porque definitivamente cuando juegan ellos, también jugamos todos.
EL TÍTULO QUE SE MERECÍAN: ¡POR FAVOR, QUE HUEVOS TIENEN LOS PUMAS!
Soy de los que cree que la genitalidad en el deporte es complementaria de la capacidad. No me gusta apelar a rancias acepciones folklóricas para destacar la actitud de un deportista o de un equipo por encima de lo aptitudinal. Siempre elijo primero valorar la técnica, la habilidad, la destreza y por qué no el arte de los que se expresan con maestría en la alta competencia, y luego sumarle las cuestiones hormonales como aderezo de lo que saben hacer. Pero esta vez me rindo a sus pies. Pido permiso para manifestar sin metáforas, sin poesía y con limitada inspiración mi reconocimiento y hasta jactancia de un grupo de muchachos que hacen un culto del fervor, la garra y el esfuerzo, para decir con orgullo yo también: ¡QUE HUEVOS TIENEN LOS PUMAS!
Y aclaro que reconocerlo y gritarlo con euforia a los cuatro vientos como muchos de Uds, luego de perder y quedar merecidamente fuera de la final de un Mundial, tiene mucho más valor que hacerlo cobijado del espíritu triunfalista que nos llevó a semifinales. A eso lo llamo DIGNIDAD. Esa que incluso algunas veces escasea, aún cuando somos campeones. O cuando queremos enfrentar al fútbol con el rugby, en una patética muestra del "argento" que algunos llevan dentro... o si prefieren, de lo indigno que somos!!!
LT10 - Mundial de Rugby
Domingo 25 de Octubre de 2015 - 17:43 hs
Los Pumas dejaron todo pero no pudieron con Australia
El equipo argentino comenzó el partido con muchas desatenciones y luego se puso a tiro pero no pudo con la jerarquía de los ocea+anicos y cayeron por 29-15. El viernes jugarán por el 3er puesto frente a Sudáfrica. La final: Nueva Zelanda-Australia