París, - Escribir un libro es mucho más libre que hacer un filme, asegura el cineasta y escritor argentino Edgardo Cozarinsky, que este jueves presentó en París la edición francesa de su novela "Lejos de dónde" en El Salón del Libro, dinámica librería del barrio latino dedicada a los autores iberoamericanos.
"Lejos de dónde" ("Loin doù" ahora que acaba de publicarse en francés), penúltima novela de Cozarinsky -después ha publicado "La tercera mañana"-, apareció primero en España y
Argentina en 2009.
El título es un guiño a un conocido chiste judío.
Un jovencito decide marcharse de una vez de un pueblecito perdido.
- ¿Por qué te vas tan lejos?, le dice su madre desesperada
- ¿Lejos de dónde?, le contesta el joven.
"Es una novela que si la pudiera contar, creo que no la hubiera escrito", exclama Cozarinsky reteniendo la risa. "La historia de una mujer que ha estado trabajando en Auschwitz en un
rol totalmente administrativo y que un poco estúpidamente huye al final de la guerra pensando que corre peligro aunque su responsabilidad no exista", accede a contar a la AFP.
"La mujer huye a la Argentina y con los años tiene un hijo, que empieza, como un detective de las películas negras norteamericanas, que va a ver al cine todos los días, a tratar de atar los hilos dispersos de lo que sabe o no sabe de su madre, a tratar de imaginar quién fue ella, quién es, por qué está ahí. Y ese hijo con los años tiene que huir de la Argentina hacia Europa", continúa.
"Para mí lo mejor del libro son las diez últimas páginas, donde hay una vuelta de tuerca que si la cuento la gente no va comprar el libro", bromea.
"Lo que me interesaba del personaje era ese poder de la ideología de penetrar la vida de la gente común, que hace que acepten situaciones que no hubieran aceptado en otro contexto",
explica
Cineasta muy respetado en Francia, con una obra documental importante y varios títulos de ficción que también han sido reconocidos en los grandes festivales internacionales, Cozarinsky dedica mucho tiempo a la escritura.
"Escribir un libro es mucho más libre. Si digo que cruzó el río helado en la frontera entre Polonia y Checoslovaquia, lo escribo y ya. Si tengo que poner en escena ese río helado, tengo que mover un equipo de veinte personas en una fecha determinada, ensayar la escena...", justifica.
"No es que haya abandonado el cine, pero no tengo ganas de ponerme en demasiados conflictos de cine que implica la producción. No obstante, en los dos últimos años hice dos
películas, que son ensayos cinematográficos", puntualiza.
"Apuntes para una biografía imaginaria" pasó en el museo del Jeu de Paume de París en febrero pasado y "Nocturnos" estuvo en septiembre en la sección Orizzonti del festival de Venecia.
"Estoy muy contento con este tipo de obras menores, íntimas, que puedo hacer con un poco de mecenazgo y me permiten trabajar con el lenguaje del cine pero sin preocuparme de armar una producción, buscar financiamiento durante dos años. Un cine hecho
a mano", resume.
Figura prestigiosa de los círculos culturales parisinos, figura familiar en "su" barrio de Montparnasse, este asiduo practicante del tango, hombre de profundas raíces urbanas que
casi se siente más porteño que argentino, vive ahora más en su ciudad natal.
"Estoy casi todo el tiempo en Buenos Aires porque me divierto más allí, tengo amigos jóvenes. En París tengo muchos amigos pero de repente son más cercanos a mi edad y con la vejez, no quiero decir la senilidad, me interesa mucho más la gente joven", exclama el septuagenario con amplia sonrisa.
"Como no estoy todo el tiempo en Pa rís, he vuelto a tomarle el gusto, cuando vengo redescubro la ciudad. Y sé que a las tres semanas ya me vuelvo a Buenos Aires", concluye.
Viernes 23 de Septiembre de 2011 - 11:10 hs
Edgardo Cozarinsky presenta novela en francés en París
Fuente: afp-na