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 Nunca en los últimos 30 años los Pumas estuvieron tan cerca de los All Blacks. Siete partidos en los últimos cuatro años y tres victorias reconfortantes en los últimos 12 meses (Australia, Francia y Sudáfrcia) le permiten a los argentinos confiar en que el primer triunfo en la historia ante Nueva Zelanda es posible, luego de 20 derrotas y un empate. Así y todo, las probabilidades juegan en contra. Los All Blacks son los campeones defensores y máximos favoritos a quedarse con este Mundial de Inglaterra 2015 . Un detallado análisis de los enfrentamientos que habrá en el partido línea por línea permite apreciar las diferencias y vislumbrar por dónde se los puede vulnerar.

Supremacía argentina en el scrum

Nueva Zelanda puso a sus mejores jugadores, algo que a los Pumas no los sorprendió. Lo único que no esperaban era la inclusión de Dane Coles como titular en lugar del experimentado Keven Mealamu en la primera línea. Sucede que los argentinos se tienen una fe enorme en dominar a partir del scrum y esperaban que los All Blacks contrarrestaran ese poderío poniendo entre los titulares al experimentado hooker de 36 años y 126 caps. Ventaja para los Pumas en tanto Ayerza y Creevy se mantengan en juego. La duda está en si podrán conservar el mismo nivel de obtención con la segunda ola (dos Sub 22 y un jugador que viene de una prolongada lesión).

Aaron Smith y Carter: todo dicho

Aaron Smith es el tipo de jugador que se destaca sin ser espectacular. Hace todo bien. Dan Carter (foto), aun en la curva descendente de su carrera, sí lo es. Cubelli y Sánchez también pueden ser incisivos en una buena tarde, pero necesitan jugar al 100% de sus posibilidades para que los Pumas tengan alguna chance de ganar. Los errores en esa posición son los que más caros se pagan. El juego con el pie, uno de los déficits que de tanto en tanto afloran en el conjunto argentino, puede ser decisivo.

Experiencia versus juventud en la segunda línea

Por nombres, la ventaja en la segunda línea es neozelandesa. Brodie Retallick es el mejor en su posición y Sam Whitelock es un campeón del mundo. Los Pumas no tienen el reconocimiento ni la trayectoria de sus rivales: Tomás Lavanini (22 años) y Guido Petti (20) constituyen la dupla más joven de todo el certamen, pero al mismo tiempo cumplen su rol a la perfección. El primero como garantía de line-out, ball carrier y potencia en la limpieza de los rucks, el segundo como rueda de auxilio permanente. La incógnita pasa ver cómo responderán a la presión. Desde el banco, Mariano Galarza puede suplir esa falencia, mientras que Steve Hansen no puso recambio para el puesto.

La tercera línea, clave del partido

En la resolución de la batalla de la tercera línea puede estar la diferencia. Los dos apuestan por un estilo de juego similar, con dinámica y riesgo. En ese sentido, la liberación rápida de la pelota en ataque y, al revés, la ralentización del juego rival en defensa, son clave. Con McCaw, Caino y Read, Nueva Zelanda es superior a cualquiera. Pero Fernández Lobbe está en la elite, Senatore demostró de qué es capaz ante el mismo rival en el último Mundial y Matera ya dejó de ser una promesa. La explosión y experiencia de Leguizamón entrando en el segundo tiempo en el rol de "impact player" pueden ser importantes en los minutos finales. Hansen mete dos alas en el banco (Victor Vito y Sam Cane) para tener oxígeno. Un desafío mayúsculo para los argentinos.

Choque de estrellas

Un choque de elite. Ma\\'a Nonu y Ben Smith son la pareja de centros que más veces jugó en conjunto en la historia del rugby. Temible en todas sus facetas: potencia, ejecución, uso del pie, tackle. Además, los All Blacks se dan el lujo de tener a Sonny Bill Williams en el banco. Pero los Pumas no se quedan atrás. En un buen día, no hay muchos que puedan igualar la lectura del juego y capacidad de improvisación de Juan Hernández. Y Marcelo Bosch será vital para quebrar la defensa con buenos ángulos de carrera. Esa combinación es una de las armas más poderosas de los Pumas. En los entrenamientos, De la Fuente ingresó por Nico Sánchez y Hernández pasó de 10. El rosarino cumplió siempre que entró.

Cuesta arriba

La cuesta más alta que deberán escalar los Pumas está en los tres del fondo. Arriesgar desde atrás es peligroso, pero no menos que patearle la pelota a Julian Savea, Ben Smith y Nehe Milner-Skudder. Hourcade apostó por wings incisivos, pero no del todo sólidos en defensa. Si alguno de ellos quiebra el primer tackle es medio try. Así y todo, Imhoff y Cordero son igualmente capaces de lastimar la defensa rival, pero el apoyo del resto será clave para transformar los quiebres en tries. La falta de definición fue una de las falencias en este 2015. Joaquín Tuculet tiene uno de sus fuertes en el juego aéreo; no puede fallar. Llega golpeado y desde el banco Lucas González Amorosino es un arma de doble filo: desequilibrante si está enfocado, autodestructivo cuando arriesga en demasía.