Hay historia remota y contemporánea. Un duelo con el suficiente voltaje emotivo para que todo el ambiente se impregne de fútbol. Podría detenerme en cuestiones coyunturales pero prefiero lo intangible, aquello que irradia solo un Colón-Unión.
Es que ni la propia razón logrará entender a las razones del corazón. Tan simple y complejo a la vez porque es imposible explicar algo que se encuentra desamparado de toda lógica. Tan profundo y a la vez tan efímero. No se trata de un mero partido de fútbol. Esto es mucho más relevante. Es aquello que por su valor y su rica historia denominamos: “Clásico”
Es la pasión en estado puro, genuino, sin vueltas. Es pensar con el corazón. Es amor incondicional por los colores que te representan. Es mezcla de esperanza y desconsuelo. Es nada más y nada menos que… “el clásico”
La hinchada, el socio, mi viejo, tu abuelo, un hermano, mi madre, un amigo, aquel vecino. El barrio, la escuela, el club, la peatonal, el bar, el parque, la plaza y la costanera, todo se impregna del Clásico…
Es la barra de la esquina, la bandera, una cábala, dos promesas, mil apuestas, la cita postergada y una novia abandonada. Es también el empleado y su jefe, el alumno, el profe, el Doctor, la Seño, el peluquero y también el viejo verdulero. Es el jugador, el entrenador, los dirigentes, la policía, el periodista, la hinchada optimista, un loco pesimista y el veterano realista. Sos vos, soy yo, es él. Todos somos El Clásico…
Claro que lamentablemente también es el lado oscuro del corazón. Es el triste y fiel reflejo de una sociedad violenta hasta la exageración. Es la connivencia entre delincuentes, dirigentes y políticos denunciada hasta el hartazgo y nunca sancionada. Es la Justicia que se respalda en vericuetos procesales para que nadie haga nada. Si todo esto pasa, no es solo “el fútbol”. Es el poder y el negocio. Es la degradación. Es el desprecio y la impunidad. Es la hipocresía. Son los rencores y las mezquindades. Es la crisis de valores. Es la falta de autoridad. Es nuestra sociedad. Todo es el clásico.
Colón y Unión fue, es y seguirá siendo siempre una postal sublime da la pasión más popular en nuestra patria chica, un pedazo grande de nuestra querida Santa Fe. Como el alfajor, la cumbia, el puente y el porrón, son parte de nuestra idiosincrasia, de nuestro acervo popular. No culpemos a la pelota por las grandes miserias de los pequeños hombres, que aunque enquistados y difíciles de combatir, siguen siendo minoría. Que viva el fútbol, con el clásico siempre como bandera.
El corazón de la ciudad ya late con pulsos de fiebre futbolera. Fantaseo con jugadas memorables, sueño gambetas exquisitas, añoro goles eternos… pero fundamentalmente, deseo y ruego por la paz de una fiesta que nos pertenece y nos merecemos. Y que sepan los exitistas mal habidos, los fanáticos recalcitrantes, que si el resultado no es el deseado, siempre hay revancha. Es que como dijo el brillante Héctor Negro, “que nada ni nadie nos arruine la fiesta. Que no la ensucien los violentos. Los que van a otra cosa, los impúdicos y los intolerantes. Los escamoteadores de su verdad tan simple…” Ojalá que la tarde del próximo domingo nunca se oscurezca…
ES QUE EL FÚTBOL NO ES SÓLO UN DEPORTE
Los colores de una camiseta de fútbol nos enseñan el valor de la alegría y la pasión
Un gol nos enseña el valor de la esperanza
Un triunfo nos enseña el valor de la ilusión
Un equipo nos enseña el valor de la solidaridad
Un ascenso nos enseña el valor del sacrificio y la perseverancia
Una hinchada nos enseña el valor de un pueblo
Una bandera nos enseña el valor de la identidad
Un entrenamiento nos enseña el valor de la superación y la tenacidad
Un cambio nos enseña el valor del compañerismo
Una derrota nos enseña el valor de la lealtad
Una definición por penales nos enseña lo que es la valentía
Una táctica nos enseña el valor de la sobriedad
Un camino recorrido nos enseña el valor de la gratitud
Un goleador nos enseña el valor de magnanimidad
Un título nos enseña el valor del esfuerzo
Un descenso nos enseña lo que significa caer y la obligación de levantarnos
Un jugador de las inferiores nos enseña el valor de un "hijo"
Una gambeta nos enseña el valor del arte
Una estrategia nos enseña el valor de la imaginación
Una tarjeta roja nos enseña lo que es la culpa y la penitencia
Una pelota nos enseña el valor del juego
Un estadio nos enseña el valor de la casa
Un capitán nos enseña el valor de un caudillo
Un arquero nos enseña la figura de la soledad
Un buen árbitro nos enseña el valor de la justicia
Un horario nos enseña el valor de la puntualidad
Una previa nos enseña el valor de la amistad
Un buen dirigente nos enseña… el valor y el coraje
Un arco nos enseña el valor de un objetivo
Un rival nos enseña el valor de crecer
Uno, dos, tres fracasos nos enseñan el valor del éxito
Un entrenador nos enseña el valor de un líder
Un clásico nos enseña el valor de la pertenencia
EL FÚTBOL ENSEÑA VALORES. HOY COLÓN – UNIÓN SOMOS TODOS... MUCHO MÁS QUE UN SIMPLE PARTIDO.
Hoy - Por Gustavo Mazzi
Viernes 11 de Septiembre de 2015 - 03:26 hs