n gesto en apariencia trivial como prender el celular y conectarse a Internet todavía significa para Yoani Sánchez un deslumbrante ejercicio de libertad. Lo aprovecha mientras puede cuando está fuera de Cuba.
Al regresar a La Habana la espera el juego ingrato que le toca practicar desde que se lanzó a hacer periodismo comprometido en la isla: la aventura de hacer un diario digital sin tener apenas acceso a la Red y para un público que tiene prohibido consultarlo dentro del país.
"La censura sigue muy fuerte, pero los cubanos somos muy hábiles para saltarnos las prohibiciones. Por suerte la tecnología hace cada vez más difícil al gobierno cerrar el acceso a la información", cuenta, en diálogo con LA NACION.
Primero con el blog Generación Y, ahora como directora de 14ymedio.com, Sánchez (39 años) se convirtió en una de las voces más resonantes de la disidencia cubana. Quiere ilusionarse con los efectos del deshielo entre Cuba y Estados Unidos anunciado el 17 de diciembre, pero advierte que "los cambios van muy lentos" y que el castrismo pretende desplegar una reforma económica sin apertura política.
"La sociedad cubana espera soluciones mágicas de Estados Unidos, pero nadie de afuera va a arreglar el país -señala-. La gente imaginó que el proceso iba a ser más rápido y ahora se percibe una insatisfacción. Creo que la frustración va a ir en aumento por la falta de cambios reales."
El anuncio de la reapertura de las embajadas de Estados Unidos y Cuba la sorprendió anteayer en Madrid, a donde llegó para participar de un foro regional organizado por la Fundación Internacional para la Libertad, que preside Mario Vargas Llosa.
-¿Cómo impacta en la vida de los cubanos la reconciliación diplomática con Estados Unidos?
-No tenemos ni más comida en el plato ni más plata en el bolsillo ni acceso a las comunicaciones, pero sí un poquito más de esperanza. Claro que todo el proceso que empezó el 17-D está yendo más lento de lo que se esperaba. Hace falta pasar a los otros temas de la agenda: derechos humanos, liberación de presos políticos, libertad de prensa, acceso a Internet.
-¿Compartís la idea de que Barack Obama abre demasiado la mano a Raúl Castro y exige poco a cambio?
-La estrategia de Obama está haciendo algo que es irreversible: destruye el discurso del "enemigo" que le ha servido por 56 años al gobierno cubano para fingirse David frente a Goliat, y ocultar que es él en realidad el verdadero Goliat mientras David es el pueblo cubano. Eso se está desarmando y tiene que ver con la actitud de Obama de ceder, ceder, ceder.
-¿Qué puede ocurrir si el cambio se estanca?
-Hay demasiadas expectativas. La gente imaginó que el proceso de cambio iba a ser más rápido y ahora se percibe una insatisfacción. Creo que la frustración va a ir en aumento por la falta de cambios reales. Se nota en la migración que no para, que aumenta. Somos un país donde la gente expresa su rebelión escapando.
-¿No se nota más libertad en estos meses?
-No. Sí noto que la población está presionando más por tener acceso a las comunicaciones. El 17 de diciembre activó un apetito adicional sobre la navegación web. Al gobierno le está costando más controlar el asunto y ha tenido que abrir algunos espacios. Ayer, por ejemplo, entraron en funcionamiento 35 zonas Wi-Fi en lugares públicos.
-Muchas veces en el mundo se habla como si el cambio en Cuba ya hubiera ocurrido...
-Mira, es que estamos en la guerra de los titulares. Cada día sale un titular más rimbombante sobre cosas nuevas que en teoría se implementan en Cuba. El mundo cree que nosotros tenemos Netflix porque la empresa permitió que su servicio fuera visto desde Cuba. Pero la suscripción mensual vale 7,99 dólares y una conexión de banda ancha -que es exclusiva para extranjeros residentes y altos funcionarios- supera los 360 al mes. El Netflix más caro del mundo. O sea, no lo tenemos.
-¿La censura no se relajó?
-Sigue bastante fuerte. Nuestro sitio está bloqueado dentro del país. Pero los cubanos somos muy hábiles en saltarnos las prohibiciones porque hemos convivido décadas con ellas. Tú te encuentras un joven en la calle, le preguntas si conoce algún proxy anónimo para entrar a sitios prohibidos y seguro se sabe de memoria las direcciones web. La tecnología hace que sea imposible para el gobierno implementar una censura total como en los años 70 o 80.
-¿Cuán lejos está Cuba de una apertura democrática?
-El gobierno trata de hacer una transformación, pero no hacia la democracia. Da más libertades económicas sin eliminar el control político. Evidentemente algunos imprevistos saldrán en el camino: puede ser la propia sociedad civil que se fortalezca; puede ser el impulso de las relaciones con Estados Unidos. Pero por el momento los Castro están consiguiendo llevar a la práctica su guión.
-¿Pueden lograrlo una vez que se abrió la puerta al cambio?
-El sistema cubano es muy personalista. Los hombres que están en el poder tienen en contra de ellos la biología. La biología es lo que destruirá al castrismo.
-¿No creés que pueda alcanzarse la democracia con Raúl y Fidel Castro vivos?
-Me encantaría que así fuera, porque sería darles una gran lección histórica.
Viernes 03 de Julio de 2015 - 10:12 hs
Yoani: "Por la falta de cambios reales, la frustración aumentará"
Fuente: La Nación