Los playoffs de la Liga Nacional de Básquetbol vienen siendo muy buenos, con series parejas y definiciones espectaculares. Si la organización eligiera una confrontación en particular para que la final fuera atrapante, tendría opciones. Y la que terminó dándose, Quimsa vs. Gimnasia y Esgrima, que empezará hoy, es una de esas interesantes alternativas.
Porque son dos conjuntos que juegan bien, sí; que cuentan con varias figuras, también, y porque ese cruce le viene bien a algo que la Asociación de Clubes (AdC) quiere estimular en plena renovación de imagen y comunicación de la Liga: la identidad. Particularmente, la del norte y el sur del país. De hecho, ésta es la primera temporada en que hay conferencias, una por cada mitad del territorio.
Mientras se idea alguna forma de enfrentamiento entre equipos de ambas regiones de LA NACION, este choque entre un conjunto del más tradicional norte argentino, el santiagueño Quimsa, y uno de la Patagonia, el chubutense Gimnasia, se ajusta a ese anhelo de identidad, con muchos kilómetros entre Santiago del Estero y Comodoro Rivadavia y con ciudades de diversos hábitos y culturas.
Pero que gustan del básquetbol. Y que se entusiasmarán con la chance de un corte de redes, algo que en la Liga se le dio sólo una vez a Gimnasia, un histórico del torneo, con 26 temporadas, y nunca a Quimsa, que ascendió hace nueve años. Cada uno protagonizó una sola final: el conjunto verde se la ganó en 2006 a Libertad (4-2), y el propio club de Sunchales demolió en 2008 a La Fusión (4-0).
A las 22, en la capital santiagueña y con televisación de TyC Sports, empezará hoy este emparejamiento al mejor de siete partidos, con el formato 2-2-1-1-1.
Hay un favorito nítido, Quimsa, largamente el mejor de la etapa regular, con una seguidilla invicta récord (17 encuentros) y una altísimo 82,7% de victorias. Su presupuesto de 11.000.000 de pesos anuales está entre los más altos de los 18 clubes y su plantel es versátil y muy rico. A mediados del torneo repatrió desde España a una figura, Leonardo Mainoldi, y así reforzó un grupo ya calificado con Diego García, Robert Battle, Gabriel Deck (con 20 años, el jugador de mayor progreso en el certamen) y Sebastián Vega. Además, dispone de quien fue galardonado con el Balón de Oro al jugador más valioso, el base Nicolás Aguirre, de explosivo progreso. Y lo dirige Silvio Santander, un entrenador en pleno crecimiento y que aprendió de la final que perdió en 2013 al mando de Lanús frente al poderoso Regatas Corrientes. No por nada fue considerado en la premiación como el mejor DT. A Quimsa lo ha convertido en un especialista del contraataque, que se siente cómodo cuando los tanteadores son altos.
Tampoco a Gimnasia le faltan jugadores de renombre. En el quinteto ideal del torneo ubicó a dos: el alero Federico Aguerre y el pivote estadounidense Sam Clancy, votado como el mejor extranjero. Con la dirección de Gonzalo García, aprendió a ser consistente como visitante y paciente en el ataque; por eso prefiere los goleos bajos. Con otro de los presupuestos generosos de la Liga, llegó más lejos en la Conferencia Sur que dos favoritos, Peñarol y Obras Sanitarias, y una consagración sería más que lo esperado a comienzos de la temporada.
Mientras uno y otro se saquen chispas en la cancha, la directiva tendrá lo que quiere. Como lo dejó en claro Fabián Borro, el presidente de AdC: "Para la Liga esta final implica que van a enfrentarse equipos de los extremos del país. Y dos organizaciones que cumplen con los tres aspectos que pensamos: en lo deportivo, tienen equipos muy competitivos; en lo organizativo, mejoran cada día sus instalaciones, y en lo institucional, están comprometidas con este proyecto de la Liga Nacional y lo conducen, porque están en el consejo directivo".