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“Los Monos se comportan como cualquier banda de narcotraficantes con aspiraciones a ser un cartel. Para iniciar ese proceso tiene que empezar a plantar células en otros lugares del país, y esto es factible gracias a la política de desplazamiento de la violencia del gobierno de Bonfatti, que no es una política de seguridad”, sostuvo Laura Etcharren, y explicó: “una política de seguridad tiene que ver con una limitación del narcotráfico, un reordenamiento de la población, una diferenciación de pobreza y marginalidad, una ocupación permanente de los asentamientos y villas. En cambio, la política de desplazamiento es funcional para que una parte de Los Monos plante su primera célula en el conurbano bonaerense, mediante tratativas con la parte mala de la policía bonaerense”.

La socióloga comentó que desarrolló una investigación empírica en la que descubrió las negociaciones entre dicha policía y algunos miembros de la banda para ver en qué territorio operar. “Incluso hay intención de hacer de Mar del Plata una nueva Rosario con vista al mar”, aseguró. En ese sentido, afirmó que “no hay una desarticulación de la banda, sino un desplazamiento, porque Los Monos han sabido importar de manera acabada la metodología de los grandes carteles mexicanos: los narcotúneles, el aprovechamiento del territorio y de la policía, los pactos con el gobierno”.

Etcharren admitió que “el narcotráfico es un problema que atraviesa la totalidad del país”, pero aclaró que “la diferencia es que hay provincias que contienen el flagelo (San Juan, San Luis, Córdoba, Neuquén, por ejemplo), y otras que lo forjan. Y el socialismo en Santa Fe ha sido funcional a la omisión connivente del gobierno nacional”.

“El narco no ocupa un territorio por asalto, al narco le liberan la zona”, añadió. “Y cuando vos lo dejás entrar después es muy difícil sacarlo. Porque si vos le das el territorio, le das la marginalidad, le das una omisión gubernamental que termina siendo connivente, después le tenés que dar algo mucho más grande como para que se vaya, y eso no existe”.

“Cuando el poder político pacta con el poder narco no contempla que va a llegar un momento que el poder narco lo va a sobrepasar y el poder político va a quedar como su rehén. Eso es lo que pasó en Rosario, en el conurbano y a nivel país”, finalizó.