Colón es un equipo que se apaga, se agota antes de encenderse. Sin oxígeno, no hay fuego. Comprimido y predecible, el equipo transita sin engañar a nadie. El elenco rojinegro no tiene hoy las herramientas adecuadas para procurar un escenario mejor y la gente está muy molesta. Mostró algunos síntomas de recuperación, pero fueron escasos ante el duro conjunto de Victoria.
No es el sistema, es el estilo. Lo que contiene a un sistema es el estilo, la manera de jugar. Sin ese marco contenedor, lleno de ideas y refugios, cualquier sistema será frágil. Es cierto que le puede faltar estado físico, pero no nos engañemos, también le falta fútbol, gol y fundamentalmente carácter. Para equivocarse menos y jugar un poco mejor. Sólo así podrá obtener resultados, esos que ni siquiera hoy puede sostener.
Ausentes la inspiración y la inteligencia colectiva en gran parte de los 90 minutos, apela a los valores dependientes de la voluntad pero con poca personalidad, entonces, al primer golpe queda nocaut y no se levanta más. Le pasó en Avellaneda donde después de la primera “piña” entraron varias más, o este sábado, ante un Tigre que aprovechó otra grosería de Landa y sin buscarlo lo lastimó, lo aguantó y lo venció por 1 a 0.
Colón es un equipo formado en la cautela, el temor y la falta de volumen de juego… Así será muy difícil ganar, aún acumulando más méritos que el rival. Porque lo que necesita es más decisión, más ambición y mayor compromiso con la pelota en los pies. Al fin y al cabo, como dijo Galeano, "somos lo que hacemos para cambiar lo que somos", y hasta acá muchos... hicieron poco.
Cuando uno piensa en la cantidad de horas que un futbolista pasa en la semana entrenando, la cantidad de ejercicios, de sesiones, de repeticiones, de ensayos futbolísticos, etcétera, semejante caudal no parece corresponderse con la lucidez y la entrega para comprender el partido que se juega luego. Javier López es el menos responsable, pero el tiempo pasa y los resultados no llegan. El crédito se agota fácilmente en este deporte arrastrado por el score final.
Estos días nos la pasamos hablando de la importancia de la pretemporada y de los beneficios extraordinarios de la preparación física. Sería el momento también de ponerse a pensar y por qué no practicar más tiempo en definición, en salir jugando y en tener un libreto acorde a las circunstancias, para olvidar de una vez por todas el paso de Merlo y cambiar antes que se ponga más difícil la situación, que de por sí ya es compleja.
Evidentemente, las pretemporadas tienen mejor prensa que el juego, porque además de corriendo, quedó claro que los partidos se ganan defendiendo con mucha concentración y haciendo los goles en el arco de enfrente. Porque a los equipos timoratos, ramplones y cobardes, no los salvan, ni las buenas intenciones, ni los méritos, ni el más puro amor incondicional por los colores de la camiseta que visten.
Colón es muy grande para conformarse después de seis partidos con una "leve mejoría", mi estimado y respetado Javier. Ya pasó un tiempo prudencial como para terminar de una vez por todas con el "derrame de prestigio". No me vengan hoy con derrotas dignas de local ante Tigre. Se pueden perder partidos, puntos, goles... pero la grandeza, no se negocia!
LT10 - Columna de opinión de Gustavo Mazzi
Lunes 23 de Marzo de 2015 - 03:03 hs
"¿Derrota digna ante Tigre? La grandeza no se negocia"
Actualizado: Sábado 12 de Marzo de 2016 - 10:08 hs