Lt 10

El historiador Luis Alberto Romero, entrevistado este domingo en “Hoy y mañana”, dijo que en la marcha del miércoles pasado en Buenos Aires “eran simplemente ciudadanos marchando” sin organización, señaló el comportamiento judicial posterior al 18 y consideró que Cristina Fernández “no sabe reaccionar adecuadamente”. Sobre el causa en la que se investiga el fallecimiento del fiscal Alberto Nisman, el exinvestigador del CONICET sostuvo que “no hay prueba que vaya a convencer a nadie” de que no fue un suicidio. Y respecto del acercamiento confirmado entre el exgobernador Carlos Reutemann y el expresidente de Boca Juniors, Romero utilizó una analogía deportiva: “Estamos como en el fútbol en la semana anterior al cierre del libro de pases”.

La marcha del #18F

Romero consideró por LT10 que la posterior “evaluación se va haciendo día a día, yo me sentí muy impresionado por esta especie de gran comunidad, cuya dimensión ni siquiera conocía, de gente que no le importaba mojarse y que estuvo dispuesta a seguir adelante un par de horas para un acto que no tenía una gran culminación: simplemente se trataba de estar juntos”.

El vocal del Club Político Argentino opinó que “los resultados empezaron a construirse a partir de las interpretaciones de la marcha”. Y enumeró tres: “la primera construcción que me asombró es ver lo que vi a ras del suelo en las pantallas de televisión, desde el aire; por la magnitud realmente impresionaba mucho, no se veía ningún ómnibus en los alrededores, estaba claro que cada uno había llegado como había podido, no había ninguna organización; eran simplemente ciudadanos marchando, y muchos. Esta manifestación había tenido un efecto sorprendente sobre los jueces y fiscales porque al día siguiente tres de las causas importantes pegaron un avance notable; creo que era uno de los objetivos: respaldar a quienes desde la Justicia están animándose ahora a enfrentar a un Gobierno que los ha aplastado mucho. Y finalmente la carta de la presidenta termina de confirmar que fue un golpe muy fuerte en el sentido que perdieron la calle; nuevamente mostró a una presidenta que, igual que en el caso del asesinato de Nisman, no sabe reaccionar adecuadamente; me parece que ni siquiera sus partidarios se sienten satisfechos con esta reacción tan limitada, tan infantil, como creer que hay un partido judicial”.

Respecto de la definición del acontecimiento, Romero sostuvo que “los organizadores no podían decir que era una marcha política porque la están convocando como fiscales de la república, pero la gente que concurre tiene sus propios motivos. Es difícil de entender por qué se la cuestiona como política. Quizá se quiere decir que no debía ser de un partido, y eso si claramente no lo era. Los políticos, muy prudentemente, mantuvieron un perfil muy bajo. Lo que convocó resulta ser opositor pero a algo que tiene que ver no con la competencia política partidaria sino con la defensa de la posibilidad de hacer política”.

La muerte del fiscal Nisman

Luis Alberto Romero detectó “oscilaciones de la presidenta sobre el tema: del suicidio al asesinato, después volviendo gradualmente a la idea del suicidio. Me parece que no tiene mucha idea de lo que pasó, lo cual hace las cosas infinitamente más graves”.

“Qué pasó realmente no lo sabemos”, dijo y reconoció: “No soy muy optimista sobre que lleguemos a saberlo exactamente. Para todo el mundo está claro que no puede haber sido un suicidio, no hay prueba que vaya a convencer a nadie; y si no fue un suicidio algo tiene que ver el poder en esto. Se piensa esto porque no es el primer caso en que el poder está avanzando violentamente sobre el aparato institucional, de modo que no resulta absurdo que algo tenga que ver”.

Acuerdo electoral entre Macri y Reutemann

Para el profesor de la Universidad Torcuato Di Tella “estamos como en el fútbol en la semana anterior al cierre del libro de pases. Todos los que quedaron sueltos buscan un club y todos los que les falta un jugador agarran lo que se les ofrece”.

Romero analizó el acercamiento desde la visión del porteño y la del santafesino: “No me parece mal y me parece bastante explicable de los dos lados: a Macri le viene bien sumar a alguien, y a Reutemann le viene bien que alguien avale su candidatura de senador. Hasta diría que en el caso de Macri me parece bueno que haya descubierto que su famosa nueva política pueda incluir a un peronista”.

Con la mira puesta a mediano y largo plazo, el historiador opinó que “para mirar qué significa esto en el futuro hay que pensar en qué tipo de gobierno tiene que surgir del 10 de diciembre. Para poder salir adelante con la situación explosiva que va a heredar y a la vez reconstruir todo lo destruido, en no sé si en 12 o 20 años -según como se lo mire-, se necesita un gobierno muy, muy fuerte. Porque muchas de las decisiones que hay que tomar van a afectar a alguien, esto es inevitable”.

Y para explicar su hipótesis utilizó un caso testigo: «La Salada». “Alguien en algún momento va a tener que pedirle a los vendedores que utilicen la ticketera fiscal y pedirle a los fabricantes que abandonen el trabajo en negro o esclavo. Hacer eso implica enfrentar a un grupo de personas con mucho poder pero también a muchísima gente que ha encontrado allí su modo de vida. Si uno quiere modificar ‘La Salada’ tiene que simultáneamente abrir alternativas”.

Para Romero “este tipo de cosas son las que requiere un acuerdo político, que cuando se empiece a hacer los que hoy son distintas fuerzas opositoras apoyen lo que se haga. Si un día hay 10 mil personas en la calle protestando que no haya nadie que aproveche la ocasión para tirarle piedras al gobierno, que es lo más fácil y lo más normal; y para eso tiene que haber un acuerdo político general pero muy explícito. Hay que construir esto y sería mucho mejor construirlo antes de las elecciones”.