Con cuentagotas, el Gobierno está blanqueando cómo logró cerrar las cuentas del fiscalmente complicado 2014. Ayer el Boletín Oficial reveló que se usaron para financiar gastos la casi totalidad de 12.850 millones de pesos en que se incrementó la deuda interna a largo plazo.
El incremento se destinó a cubrir subas de gastos, aunque algunos de ellos se financiaron también con recaudación superior a la prevista, de modo que el aumento del déficit fiscal fue de sólo 11.746,2 millones. Aunque no sería extraño que sigan apareciendo modificaciones que terminen por consumir todo el incremento de la deuda.
Las modificaciones aparecieron ayer en el Boletín Oficial, contenidas en cuatro decisiones administrativas que afectaron el presupuesto del año pasado.
Así, por ejemplo, se aumentaron recursos para empresas públicas, como Enarsa ($ 7653 millones), Yacimientos Río Turbio, Nucleoeléctrica y la productora de agua pesada para reactores ENSI, ubicada en Arroyito, Neuquén.
También hubo algunos recortes de partidas para reasignar los recursos. Probablemente por atrasos, demoras en hacer las licitaciones o cualquier otra demora que haya impedido utilizar el dinero a tiempo.
Con esa práctica, se cambiaron de destino $ 175 millones previstos para hacer obras de arquitectura y de restauración en la Basílica de Luján y se redujeron también en 100.000 pesos los fondos asignados para hacer reformas edilicias en Canal 7.
En cambio, creció en 10 millones la partida destinada para las obras en el ex Palacio de las Comunicaciones, que debe ser el nuevo Centro Cultural del Bicentenario y que lleva años en obra.
Otra obra que Cristina Kirchner pensó como emblemática parece postergada y sufrió recortes. Es la torre única de telecomunicaciones, una mole que debería levantarse en Avellaneda y que también entró en las podas de fondos, seguramente, porque no se hizo a tiempo lo debido para contratar las obras o los estudios necesarios. De los 8 millones recortados, dos estaban previstos para estudios y los restantes seis, a obras.
En los aumentos por jurisdicciones, aparece como el mayor favorecido el Ministerio de Planificación, con 4202 millones de pesos de incremento.
También aparecen aumentos a los subsidios de consumos de hidrocarburos y electricidad, cuando la idea declamada por el Gobierno era reducirlos. De hecho, muchos usuarios finales han sufrido disminuciones importantes en las compensaciones y, con ello, importantes aumentos en el monto final de facturas de gas y electricidad.
Es curioso, porque en el último día de 2014 se supo que el Gobierno había recortado $ 2700 millones previstos para subsidiar el incremento de la producción de gas natural, para destinar ese dinero al pago de salarios. En este caso, y luego de quitar incentivos a la producción del sector energético, se dan incentivos al consumo.
También se incrementaron en 80 millones las asignaciones a acciones de Promoción y Protección Social, en el Ministerio de Desarrollo Social, que conduce Alicia Kirchner. Al Ministerio de Seguridad le agregaron 92.188.510 de pesos para subsidiar las asociaciones de Bomberos Voluntarios.
Contrariamente a lo realizado en ejercicios anteriores durante las presidencias de Cristina Kirchner, en 2014 ha habido muchísimas normas de modificaciones presupuestarias. Durante la presidencia de Néstor Kirchner, la práctica fue hacer cambios permanentemente durante el ejercicio, incluidos varios decretos de necesidad y urgencia.
En cambio, Cristina Kirchner esperaba al final del año para hacer un único gran decreto de necesidad y urgencia (DNU) con todos los cambios. Se preció así de ser la jefa del Ejecutivo que menos normas de excepción había emitido.
Ahora hizo muchos más cambios, dejando en evidencia que probablemente se cambió de criterio varias veces durante el ejercicio y se atendieron emergencias según ocurrían. Con todo, gracias a los superpoderes que en forma permanente tiene el jefe de Gabinete, pueden hacerse cambios como los mencionados sin recurrir al Congreso. La Presidenta, en sus tiempos de legisladora, se opuso a la concesión de superpoderes presupuestarios, que eran menores a los actuales, tanto a Carlos Menem como a Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde.
Sin embargo, desde la presidencia de Néstor Kirchner el jefe de Gabinete de turno cuenta con los más amplios superpoderes en materia presupuestaria que haya tenido ningún antecesor. Y no están asignados, como ocurría en el pasado, por períodos determinados, sino de manera permanente.
Así y todo, para recurrir a incrementos globales del gasto y del déficit fiscal se debe recurrir a los decretos de necesidad y urgencia. De hecho, Cristina Kirchner tuvo en 2011 un presupuesto hecho por decreto, tras negarse a negociarlo con la oposición en las sesiones del Congreso.
Jueves 08 de Enero de 2015 - 16:26 hs