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 Hernán Boyero es de esos jugadores que quizás no queden en la memoria de muchos, pero sí será de esos a los que siempre van a elogiar por su sacrificio constante en la profesión y por algo no muy habitual en el profesionalismo: la humildad. Sin dudas, el "Flaco" es un ejemplo de que hay vida después del retiro y que se puede llevar la existencia en la más absoluta de las normalidades. Prueba de ello, es la entrevista que le dio a Mundo D, en la que afirma que dejó la actividad por una lesión para así retomar lo que más le gusta: juntar chatarra.

En la charla con el medio cordobés, el delantero que pasó por Argentinos Juniors, Instituto y Tristán Suárez (Caruso Lombardi fue uno de los que más confió en él durante toda su carrera), explicó los motivos de su retiro y aseguró: "Lastimosamente tengo un problema en una rodilla que no me deja continuar si no me someto a una operación. Y con 35 años dije que no. Así que ahora me pondré el traje que dejé guardado aquí (por Río Segundo, Córdoba cuando me fui y nuevamente seré feliz juntando chatarra".

Además, el atacante que también pasó por Tigre, Juventud Antoniana de Salta, Millonarios de Bogotá y Blooming de Bolivia, se refirió al orgullo que siente por volver a esta vida. "Es lo que hice siempre antes de ser futbolista y lo que disfruto. Acá tengo la prensa para aplastar chatarra, una guillotina, la grúa con el pulpo para cargar camiones. Mi vida siempre fueron y son los fierros. Me gusta el olor a óxido. Esto pasa por un estado espiritual. Siempre lo extrañé, desde el día que me fui a vivir a la pensión de Instituto. No se me caen los hombros por volver a trabajar en esto junto a mi hermano".

Luego, Boyero explicó por qué no se sometió a una operación. "Es una lesión que arrastro desde hace cuatro meses y que se me hizo crónica y que me impide jugar. El tendón rotuliano de la rodilla derecha se me afinó mucho por las palancas que tengo en el pie. Me tengo que operar y no sé si voy a quedar bien. Soy feliz con la decisión que tomé, porque quiero disfrutar de mi familia, mis hijos, de los amigos, de la chatarra, del quincho, la pileta de mi casa y de mis sobrinos.

Por último, el "Flaco" -que alguna fue noticia por ser jugador de Primera y viajar en colectivo- mostró que no sólo dedicó tiempo a hacer goles. "Soy director técnico, martillero y corredor público. Laburo no me va a faltar. Pero ahora quiero descansar un poco, comerme varios asados, disfrutar de este tiempo libre". Sin dudas, Boyero es un \\'bicho raro\\' dentro del ambiente, porque siempre mantuvo los pies sobre la tierra y nunca presumió de poder jugar en el profesionalismo. De hecho, cerró con lo siguiente: "Yo le entregué todo al fútbol, en cada partido, en cada entrenamiento, pese a mis limitaciones, que las tuve, nunca me guardé nada".