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 Era previsible, presumible. Salvo raras excepciones los opuestos nunca se encuentran, y así quedó reflejado con los reproches y chicanas que soltaron algunos de los dirigentes gremiales que encabezaron el paro general cegetista contra otros líderes sindicales que también dicen dirigirlo, inclusive orquestarlo.

La margarita política que floreció este jueves con la huelga muestra a cada cacique en un pétalo distinto, compitiendo uno con otro sin piedad, por un rayo de sol que alumbre su futuro. Luis Barrionuevo es un protoanti-K. Comparte con el Polo Obrero y las demás facciones troskistas que integran el Frente de Izquierda no haber pertencido jamás al mundo K. No pueden decir lo mismo sus compañeros de paro Hugo Moyano y Pablo Micheli.

Lo extraño del paro, que logró a unir a esos opuestos, brotó mientras se sucedían piquetes y bloqueos por todo el país, mientras en la sede Azopardo se aglutinaron desde temprano los cráneos de la "acción directa". "Estamos acá en la CGT... con Moyano. Barrionuevo no ha venido todavía, pero bueno... estamos acá", dijo el ruralista Gerónimo "Momo" Venegas, con intención de excusarse por no saber el paradero del gastronómico, pasado el mediodía y en el punto más álgido de la huelga. "Debe estar durmiendo, descansa el compañero", chicaneó el jefe de Uatre sin demasiada información. "Ahora en un rato ha de andar por acá, porque nos íbamos a juntar acá", supuso, quejoso, en el diálogo con FM Palermo.

Otro pétalo del "extraño" paro tiene melena bermeja, overol y zapatos de ferroviario y milita en el PO. "No quiero que les levanten el programa si les digo lo que pienso de Barrionuevo o del 90 por ciento de los dirigentes gremiales, son todos delincuentes. A mí me revuelve el estómago hacer paro con ellos", fulminó Rubén "Pollo" Sobrero a los cegestistas azules y blancos.

"Muchos de los dirigentes que hacen el paro hoy, hasta hace horas estaban con el Gobierno. Yo siempre estuve en el mismo lugar, ellos son los que tienen que explicar por qué cambiaron", le endilgó al líder camionero.

Al ser consultado por A24 sobre por qué comparte la convocatoria con esos dirigentes, Sobrero dijo: "Hay que taparse la nariz" ya que "cuando enfrentás un plan económico como éste, lo tenés que hacer con todos los trabajadores, y si vemos quiénes dirigen esos gremios, no podemos hacerlo con nadie".

Sobrero insistió en que no quiere "un sindicato con patotas sino dirigentes gremiales que estén al lado del trabajador" y lanzó un brillante título de cierre: "Acordamos (el paro) y hasta ahí llegó nuestro amor".