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 Sin considerar eventuales represalias, y coherente con su estilo, el presidente de Shell, Juan José Aranguren, volvió a cargar contra el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, durante una charla organizada por la Universidad San Andrés. En ese contexto, el empresario culpó al sector empresario de aceptar las condiciones que el funcionario impone, sin quejarse, y que la dirigencia hoy en la Argentina es responsable, en parte, de la “falta de diálogo”.
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Una persona que ha demostrado fallar cada vez que intentó intervenir la economía, lo hace con más prepotencia porque se lo dejamos hacer”, manifestó Aranguren, al tiempo que agregó: “Muchos colegas en la industria y otros sectores de la economía prefieren aguantar y aceptarle al señor Moreno que diga lo que quiera, a pesar de que no sabe de lo que está hablando”.

El líder de una de las principales refinerías del país cuestionó la falta de diálogo y responsabilizó, en parte, a los actores económicos que no tienen voluntad de hacerse oír. “Si no tenemos voluntad, si lo que dejamos es que el que está enfrente avance cada vez que se lo deja avanzar y sacar pecho una vez más”, será más difícil que haya diálogo, consignó Aranguren, quien para ejemplificar, apeló al dicho de campo que dice que “la culpa no es del chancho sino de quien le da de comer”. “Si uno acepta una vez algo, la próxima va a tener que aceptar algo más fuerte todavía y no va a ser en beneficio del sector o la actividad en la que está trabajando”, consideró.

Sobre el sector energético, el presidente de Shell afirmó que “el que tenga que venir a intervenir, tiene que prometer sangre, sudor y lágrimas”, ya que “se ha vivido un festival de consumo”. Consultado sobre si la Argentina podrá revertir la crisis en materia de petróleo, gas y electricidad, el empresario afirmó que se podrá a partir de la explotación, a futuro, de los recursos no convencionales como los que se encuentran en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta. Dijo al respecto que Shell explotó cinco área en la región, pero condicionó la posibilidad de extender el proceso a la explotación.


“Hacia 2015, coincidentemente con un cambio esperado en la política en general, vamos a tomar la determinación final de invertir”, precisó. Y añadió: “Cuando un accionista decide invertir u$s 25.000 millones no es para que venga un Moreno y te diga ‘por 45 días más te extiendo el control de precios en el mercado’ o que ‘si necesitás dólares para importar determinado insumo hay que exportar aceitunas o calzoncillos y así compensar los dólares que te tengo que vender al tipo de cambio oficial’”, ejemplificó.

Aranguren confesó que desea que “los cambios de política sucedan dentro de esta misma administración y no que haya que esperar un cambio político para que se generen reglas de juego que incrementen aquello que se necesita para atraer capital, que es la confianza”.
Según él, la confianza se genera de muchas maneras, como por ejemplo, “no teniendo un índice de la inflación mentiroso o un secretario de Comercio que va en contra de las regulaciones de mayor jerarquía”.

Por último, Aranguren planteó que la Argentina debería “importar petróleo crudo” para, luego de refinarlo, abastecer la necesidad de combustible del mercado nacional. Aseguró también que YPF aceptó la idea y que, según tenía entendido, el viceministro de Economía, Axel Kicillof, también. “El que falta convencer es el ministro de Planificación Federal (Julio de Vido), porque no creo que le guste mucho que después de 20 años alguien diga que en la Argentina se importa petróleo crudo. Pero económicamente al país le conviene eso a importar gas y naftas”, manifestó.

La relación entre Shell y el Gobierno viene mal barajada casi desde los inicios del kirchnerismo. En 2005, el ex presidente Néstor Kirchner llamó a un “boicot” contra la firma por no respetar el control de precios y, desde entonces, Moreno le impuso 92 multas. En 54 de ellas, también le hizo denuncias pe nales a Aranguren. La Justicia lo absolvió en todas y, en relación a las multas, la mayor parte fueron reducidas o desestimadas, inclusive con fallos de la Corte.