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Miércoles 02 de Octubre de 2013 - 13:59 hs

Concluye hoy un ciclo de cine debate

“Las mujeres de verdad tienen curvas”, la opera prima de la colombiana Patricia Cardoso, marcará el fin del ciclo de Cine Debate, que organzan la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, ATE Santa Fe y el Cine Club Santa Fe, bajo el título “Primavera Joven”, cuyo eje temático es la problemática de jóvenes y adolescentes.

La exhibición tendrá lugar el miércoles 2 de octubre, desde las 19.00 hs., en el auditorio que el gremio tiene en la sede de San Luis 2854 y será con entrada libre y gratuita. Finalizado el filme, los asistentes podrán expresar sus opiniones sobre los temas planteados orientados por profesionales especialistas.

Este ciclo, de 3 semanas, incluyó las películas “Submarine”, dirigida por Richard Ayoade y “Paco, la punta del iceberg”, de Diego Rafecas.

En “Las mujeres de verdad tienen curvas” nos plantea como ejes de análisis la forma en que se concibe la feminidad desde un modelo tradicional construido bajo el patriarcado y los temas que entran en tensión entre un modelo de feminidad tradicional y otras formas de concebirla (la maternidad, el cuerpo, la virginidad). Ana tiene 18 años y le espera un futuro brillante. Está a punto de acabar los estudios de secundaria. Ha conocido a un chico al que le gusta tal como es. Ana es la primera de su familia que puede atreverse a soñar con ir a la Universidad, pero su educación modesta en un barrio del Este de Los Ángeles y la lealtad que siente por su familia la retienen. Carmen, su madre, tiene buenas intenciones, pero subestima el carácter de Ana y sus ganas de cambiar de vida. Carmen, una mujer muy tradicional que ha tenido una vida dura, ya no espera que Estela, la hermana mayor de Ana, se case. Ahora pone todas sus esperanzas en Ana para que ésta le dé los nietos que ella cree merecer. El trabajo se amontona en el taller de costura donde trabaja Estela. Ana, muy a su pesar, les echa una mano para terminar un pedido de vestidos. Ana se indigna ante el trabajo que requieren esos vestidos tan elegantes que llevarán unas mujeres cuya vida es muy diferente a la suya, vestidos en los que nunca cabrá. Durante las largas horas en el taller pasando calor, Ana empieza a darse cuenta de cuánto trabaja su hermana y del talento que tiene. Ana enseña a sus compañeras de taller a querer a sus cuerpos opulentos y a apreciar todo lo que les hace diferentes. Durante este proceso, descubre que nunca entenderá a su madre ni su madre a ella. Cuando acaban el último vestido, para Ana el trabajo ha terminado y ya puede ir en busca de su futuro.

Fuente: defensoría del pueblo