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Viernes 26 de Julio de 2013 - 16:07 hs

Sol y nieve: los cuidados para evitar quemaduras en vacaciones

Por extraño que parezca, la exposición al sol en la nieve es más intensa que en la playa. Los rayos solares se intensifican y se reflejan un 80% más. Una especialista dio a Infobae recomendaciones para que el descanso no se vuelva un fastidio.

Pocas cosas debe haber más molestas que tomarse unos días de descanso y no poder disfrutar a causa de una quemadura por exponerse mal al sol.

Es que en verano estamos habituados a protegernos del sol, pero llega el invierno y nos olvidamos que el sol sigue ahí y, entonces, cuando planeamos vacaciones a centros de esquí o lugares en donde hay nieve, lo último que incluimos en la valija es el protector solar. Error. En la nieve las radiaciones ultravioletas se intensifican un 15% cada 1.000 metros de altitud y se reflejan un 80% más.

"La quemadura solar en la nieve es más intensa que en la playa o la pileta; el grado depende del tipo de piel y el tiempo de exposición. Y se produce igual aunque el día este nublado", aseguró a Infobae la doctora Silvia Constantini, dermatóloga y coordinadora general de Campañas de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).

La especialista explicó que "el sol produce lesiones que pueden dar cáncer de piel y si la incidencia de los rayos ultravioletas (UV) es más alta, hay más chances de producir daño en la piel, sobre todo en pieles que en dermatología se denominan fototipo 1", que corresponde a personas de piel blanca, rubias y de ojos claros que generalmente nunca se broncean y sufren quemaduras.

Si bien la altitud es uno de los factores que determinan que los destinos de montaña sean más "peligrosos" a la hora de exponerse al sol, en segundo lugar debe tenerse en cuenta que "la nieve actúa como espejo que refracta la luz UV", según manifestó la especialista.

Tras asegurar que "las zonas más expuestas son la cara (ojos, párpados, frente, pómulos), labios y cuello, que pueden presentar enrojecimiento, hinchazón, sensación dolorosa y descamación", Constantini resaltó que "además de usar protector solar, lo aconsejable es cubrirse las zonas que están más al descubierto con gorros, anteojos o antiparras grandes (certificados, que especifiquen que protegen contra los rayos UV) y protegerse los labios (con protector con pantalla solar superior a 30 específica para labios)".

Además, por efecto del viento, la piel y los labios se deshidratan, por lo que aunque no haya habido exposición al sol, es recomendable "hidratar todos los días la piel, con cremas específicas hidratantes con principios activos capaces de retener agua, como ácido hialurónico y urea".

Asimismo, dado que los rayos solares pueden dañar la cornea y la conjuntiva (de ahí la importancia de usar lentes de sol y antiparras), "los ojos pueden presentar signos como fotofobia, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo, visión borrosa o dolor y llegar a desarrollar procesos inflamatorios de la vista, como fotoqueratitis, fotoconjuntivitis o ambos", enumeró Constantini, quien agregó que "también pueden aparecer sabañones, producto del frío intenso, por no usar protección en las manos o cara".

En otro orden, la especialista aconsejó que los pacientes que toman algunos fármacos como diuréticos, antiinflamatorios, sedantes o medicamentos para trastornos cardíacos pueden sufrir lo que se conoce como una reacción fotosensible del medicamento, aumentar el efecto del sol sobre la piel y así producir quemaduras o manchas. Del mismo modo que personas que recibieron trasplantes de órganos o quienes realizaron tratamientos de quimioterapia o radioterapia, quienes fueron operados de cataratas o que tienen enfermedad de retina deben cuidar particularmente su piel y ojos del sol.