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 La petrolera estatal brasileña Petrobras salió a dar sus explicaciones luego de que se filtrara en la prensa la posible venta de 51% de su filial argentina a la petrolera Oil, propiedad del empresario kirchnerista Cristóbal López.

Maria das Gracas Foster, presidenta de la compañía, dijo al Senado de Brasil confirmó que está en negociaciones sobre el futuro de la empresa, pero que aún no se ha tomado ninguna decisión.

“Petrobras Argentina está en nuestro portfolio de desinversiones. El directorio de la empresa aún no ha tomado ninguna posición”, aseguró Foster hoy durante una audiencia en el parlamento brasileño, según la agencia Reuters.

En este marco, la titular de la compañía reconoció, que “estamos en diálogo con varias empresas argentinas”, tal como adelantó Cronista.com, pero agregó que “no tenemos una fecha límite para tomar una decisión y no estamos apurados”.

Por su parte, voceros de Oil no confirmaron ni refutaron las versiones, aunque se descuenta que el anuncio oficial se realizará en las próximas horas.

Petrobras prevé deshacerse de inversiones por unos u$s 14.800 millones en varias partes del mundo hasta el 2016, para concentrarse en la explotación de sus enormes reservas costa afuera en Brasil.

Las desinversiones son clave para la petrolera, que tiene previsto un gasto de capital de u$s 237.000 millones hasta 2017, en lo que se considera el mayor plan de inversión de una empresa en el mundo. La firma brasileña participa en decenas de proyectos de producción y exploración de petróleo en Argentina y opera también en el área de distribución de combustibles, en la que posee unas 300 gasolineras.

También posee una refinería en el sur de la provincia de Buenos Aires con una capacidad de producción de 30.000 barriles diarios de petróleo y una participación del 28,5 por ciento en otra planta en el norte del país con una capacidad de 26.000 barriles diarios.

Oil Combustibles, el brazo petrolero de un grupo empresarial que creció exponencialmente durante la gestión de la presidenta Cristina Kirchner y de su esposo y antecesor Néstor Kirchner, ya había comprado hace un par de años una refinería de Petrobras en la provincia de Santa Fe y una red de 360 gasolineras.