Falta más de medio año para el Mundial 2026, pero tras el sorteo de la fase de grupos y la conformación del fixture, el torneo ya comienza a vivirse con mucha anticipación. Se tratará de un certamen muy distinto a ediciones anteriores, en el que la FIFA no deja de sorprender con sus llamativas decisiones.
Seattle, una de las sedes de la Copa y una de las ciudades más liberales de Estados Unidos en cuanto a cuestiones sociales, había designado uno de los duelos que se jugarán en su estadio, el Lumen Field, como el "partido del orgullo LGBT" para celebrar la diversidad sexual. Será el viernes 26 de junio (el sábado 27 a las 00.00 de Argentina), y el azar quiso que los dos contendientes del mismo sean dos países en los que la homosexualidad es ilegal.
Se trata de Egipto e Irán, que se enfrentarán en la mencionada fecha por la tercera y última jornada del Grupo G, que comparten con Bélgica y Nueva Zelanda. Al igual que en la mayoría de las naciones islámicas, en ambas hay leyes que condenan a la comunidad LGBT, llegando a denunciarse la aplicación de la pena de muerte en el caso iraní.
Lo cierto es que esta celebración del Orgullo, impulsada por el Estado de Washington y aceptada por la FIFA, estaba pactada desde antes de que se supieran los equipos que disputarían el encuentro. Y una vez que se sorteó a ambos contendientes, pese al revuelo que se generó y los posibles problemas diplomáticos en los que se podría meter el ente madre del fútbol internacional, se decidió mantener en pie lo que ya estaba planificado desde la previa.
Las polémicas, por supuesto, están a la orden del día. Muchos tomaron esta medida como una provocación a ambos países o, por lo menos, un fuerte descuido de la organización del Mundial 2026. Sin embargo, otros lo vieron como algo positivo, para darle más visibilidad a la comunidad LGBT ante los ojos del mundo y que los egipcios e iraníes que pertenecen a la misma y no pueden expresarlo libremente en sus países de origen tengan un espacio para celebrar la diversidad sin represalias.