Comer con el celular en la mano o frente a la televisión se ha convertido en una costumbre frecuente, pero la ciencia advierte que este hábito puede tener un efecto indeseado: más hambre después de la cena.
Una investigación de la Universidad del Sur de California encontró que la sensación de saciedad no depende únicamente del estómago, sino también de la memoria. Según el estudio, el cerebro almacena un “recuerdo de las comidas” a través de un grupo de neuronas que forman engramas alimenticios.
Cuando una persona come distraída, ya sea usando el celular o mirando una pantalla, el cerebro no registra adecuadamente lo ingerido. Esa desconexión provoca que el organismo “olvide” la comida, lo que puede derivar en una falta de saciedad y, en consecuencia, en un aumento del consumo de comida chatarra o snacks.
Los investigadores también brindaron una serie de recomendaciones para fortalecer la memoria alimenticia y mejorar la sensación de saciedad:
- Comer sin distracciones tecnológicas.
- Realizar pausas entre bocados.
- Observar el plato para registrar lo consumido.
- Mantener horarios regulares para las comidas.
- Anotar lo que se ingiere a lo largo del día.
De esta manera, el estudio concluye que prestar atención plena al momento de comer no solo mejora la experiencia, sino que también ayuda a evitar excesos después de la cena.