Este jueves vence el plazo para la presentación oficial de alianzas ante la Justicia Electoral, y el mapa político rumbo a las elecciones nacionales de octubre comienza a tomar forma definitiva. En ese contexto, La Libertad Avanza (LLA) encara horas de intensas negociaciones para cerrar acuerdos con el PRO y sectores de la UCR en distintas provincias, mientras que el peronismo logró una unidad parcial, aunque con focos de conflicto en Córdoba, Jujuy, Salta y Tierra del Fuego.
Será la primera vez que el oficialismo nacional, liderado por el presidente Javier Milei, compita con estructura propia en todo el país. Para ello, Karina Milei —secretaria general y principal armadora del espacio— logró la personería jurídica de LLA en las 24 jurisdicciones, lo que le permite llevar candidatos en todos los distritos. Sin embargo, en muchos casos, el partido apostó por sellar alianzas para fortalecer su presencia y no competir en soledad.
Los acuerdos más importantes de LLA incluyen a la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, Mendoza, Chaco y Río Negro. En Entre Ríos, se ultima una alianza con el gobernador Rogelio Frigerio. También avanzan conversaciones con sectores del PRO y del radicalismo en Tucumán, Córdoba, Neuquén y Santiago del Estero. En cambio, en Santa Fe, La Rioja, La Pampa, Corrientes, Jujuy, Catamarca y San Juan, los libertarios irán con boleta propia.
El PRO cedió marca y estructura en varias jurisdicciones. En CABA, Jorge Macri aceptó confluir bajo el liderazgo del oficialismo nacional, como ya había sucedido en territorio bonaerense. Las alianzas con figuras radicales como Alfredo Cornejo en Mendoza y Leandro Zdero en Chaco también fortalecen al oficialismo en la disputa por el Congreso.
En paralelo, el PJ alcanzó acuerdos importantes que le permitieron ordenar el cierre en la Provincia de Buenos Aires, con el sello Fuerza Patria como paraguas común. También hubo definiciones en CABA, Mendoza, Tucumán y Catamarca. Sin embargo, la situación en Córdoba sigue siendo la más compleja: el gobernador Martín Llaryora y el kirchnerismo irán por separado, y la figura de Natalia de la Sota amenaza con romper aún más la oferta peronista local.
Los gobernadores también juegan su propio partido. Con el objetivo de consolidar un bloque parlamentario llamado “Provincias Unidas”, los mandatarios de Santa Fe, Jujuy, Chubut, Santa Cruz y Córdoba buscan blindarse en el Congreso y marcar una agenda federal, sin alinearse del todo ni con el PJ ni con LLA.
En Santa Fe, el frente Unidos para Cambiar Santa Fe evalúa un cambio de nombre para la elección nacional, y suena fuerte la vicegobernadora Gisela Scaglia (PRO) como posible candidata.
La confirmación de alianzas cierra este jueves, pero algunos juzgados electorales anticiparon que podrían aceptar prórrogas hasta la mañana del viernes. En cualquier caso, los verdaderos tironeos están pautados para el 17 de agosto, fecha límite para presentar las listas de candidatos.
La carrera rumbo a octubre ya está lanzada. El oficialismo buscará medir el peso real de su marca sin Milei en la boleta, mientras que la oposición se prueba en nuevos esquemas de alianzas, muchos de ellos forjados a último momento.