Detuvieron a un subcomisario, actual jefe del Comando Radioeléctrico de la localidad de Álvarez, sospechado de haber participado en un procedimiento ilegal ocurrido hace siete meses en Rosario, cuando aún integraba la Brigada Motorizada.
Según la investigación del fiscal Pablo Socca, el oficial, formó parte de un grupo de policías que allanó sin orden judicial la casa de un joven motociclista en barrio República de la Sexta, le robó pertenencias, lo golpeó, lo amenazó y hasta le plantó un arma de fuego para justificar la actuación policial. Por este mismo hecho ya hay cuatro agentes detenidos e imputados: Lucas Brest, Bernardino Fernández, Julián Márquez y Matías Ovando.
La detención fue realizada por la División de Asuntos Internos, que también demoró este miércoles a otro policía involucrado, quien quedó en libertad tras la apertura de una causa penal.
El caso que destapó esta red de abusos comenzó el 7 de diciembre pasado, cuando un joven de 26 años que circulaba en una moto fue demorado por no tener DNI ni los papeles del vehículo. Dijo que tenía la documentación en la casa de un familiar, a pocos metros del lugar. Pero los agentes no solo lo acompañaron, sino que ingresaron ilegalmente al domicilio, le robaron el celular y sustrajeron 70 mil pesos.
No conforme con eso, según el fiscal Socca, los policías también le arrebataron el celular a un familiar que filmaba el operativo, y al ver que el motociclista escapaba, lo persiguieron hasta otra vivienda donde lo redujeron. Allí también entraron sin orden judicial y se llevaron 20 mil pesos, un parlante nuevo y elementos de estética. La caja del parlante fue encontrada tiempo después en la casa del agente Fernández.
La escena se agravó aún más: en el acta policial se dejó asentado que el joven descartó un revólver calibre 38 durante la huida, pero Socca asegura que fue “plantado” por los policías. “Si no, poné que la encontramos en el techo y listo”, dijo uno de los uniformados a otro, de acuerdo a una charla que presenció un testigo. Incluso, otro agregó: “Si no, le pegamos un tiro y ponemos que se nos escapó”.
Finalmente, ya en la comisaría 2ª, la víctima fue golpeada y amenazada para que diera la contraseña del celular de su familiar. Ese teléfono apareció después en la casa del agente Matías Ovando.
La audiencia imputativa será la semana próxima en el Centro de Justicia Penal de Rosario. La fiscalía sostiene que los hechos no fueron un exceso, sino una acción planificada y criminal.