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 El conflicto en Siria dejó este lunes decenas de víctimas más y traspasó dos fronteras con la muerte de un camarógrafo en el Líbano y un tiroteo entre fuerzas sirias y rebeldes que causó heridos en Turquía, un día antes de entrar en vigor un plan de paz ya virtualmente malogrado por la violencia.

En Washington, el gobierno de Estados Unidos condenó los ataques transfronterizos y dijo que la situación demuestra que el gobierno del presidente Bashar al Assad no tiene intención de aplicar el plan de paz elaborado por el enviado de la ONU, Kofi Annan.

"Estos incidentes son precisamente otro indicio de que el régimen de Al Assad no parece para nada dispuesto a cumplir con los compromisos que contrajo ante Kofi Annan", dijo la vocera del Departamento de Estado norteamericano, Victoria Nuland.

"No sólo la violencia no disminuyó, sino que empeoró en los últimos días", agregó.

Según el plan de paz, el Ejército sirio debería completar mañana la retirada de tropas de centros urbanos, pero anoche el gobierno de al Assad reclamó una garantía por escrito de los insurgentes armados de que también cesarán el fuego, algo que fue rechazado de inmediato por el principal grupo rebelde.

Este grupo, llamado Ejército Libre Sirio, reiteró que no acepta la exigencia pero que cumplirá con la palabra de tregua que dio al equipo de la ONU que negoció el plan de paz, que está encabezado por el enviado especial de la organización, Kofi Annan.

"Nosotros, como protectores del pueblo sirio, anunciamos un cese del fuego contra el Ejército del régimen a partir del 10 de abril, y cumpliremos con esta promesa si el régimen cumple con las cláusulas de la iniciativa" de Annan, dijo un miembro no identificado del grupo en un video subido a YouTube.

Estados Unidos y los opositores sospechaban de la disposición de Al Assad a observar el plan y decían que podía ser una maniobra para ganar tiempo y profundizar la represión de una revuelta iniciada hace más de un año.

Siria dice que el levantamiento es un complot de países hostiles instrumentado mayormente no por reformistas prodemocráticos sino por islamistas radicales que reciben armas y dinero de Arabia Saudita, Qatar y otras monarquías ultrarreligiosas de la región que son enemigas del gobierno nacionalista árabe y secular sirio.

La Cancillería siria afirmó que la exigencia de una garantía escrita de la oposición no fue un agregado de último momento y que se le comunicó a la ONU en el mismo acto en que Damasco anunció, la semana pasada, que el 10 de abril comenzaría a regir el plan de paz, seguido de un alto el fuego total a las 48 horas.

Siria “no tiene todavía garantías por escrito de los grupos terroristas", dijo un vocero de la Cancillería citado por la agencia de noticias oficial siria SANA.

En los hechos de violencia más recientes, un camarógrafo del canal libanés Al Jaleed, murió cuando filmaba en la zona de Wadi Khaled alcanzado de un balazo en el pecho disparado desde el poblado fronterizo sirio de Armouta.

El canal al Jadeed dijo en su cuenta de Twitter que su empleado, Ali Shaaban, estaba con un equipo de la emisora dentro de un auto que fue blanco de unos 40 balazos disparados por fuerzas de seguridad sirias vestidas de civil.

El canal dijo que algunas de sus empleados fueron amenazados por estos miembros del Ejército sirio que iban vestidos de civil, y que por eso sabe que eran soldados sirios.

Más temprano, fuerzas sirias dispararon contra un campamento de refugiados sirios ubicado al otro lado de la frontera con Turquía e hirieron a cuatro personas, dos de ellas sirias y otras dos turcas, informó la Cancillería turca.

El grupo Opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que tiene su sede en Londres, dijo que el enfrentamiento se generó luego de que insurgentes atacaron un destacamento militar en Siria y mataron a seis soldados.

Los agresores huyeron, perseguidos por los soldados, hacia el campo de refugiados en Turquía, que está ubicado cerca del paso fronterizo de Oncupinar, en la provincia central de Kilis, agregó el Observatorio, citado por la cadena BBC.

El Observatorio agregó que más de 60 personas murieron en hechos de violencia en todo el país, incluyendo 35 en la provincia central de Hama.

El gobierno turco, que considera a Al Assad responsable de la crisis y pide su renuncia, condenó el incidente fronterizo y amenazó además con adoptar medidas si la situación se repite.

"Los nacionales sirios que se refugian del régimen sirio dentro de Turquía están bajo la protección del Estado turco", apuntó la Cancillería turca en un comunicado.

"Si esos acontecimientos se repiten debe entenderse que tomaremos las medidas adecuadas", agregó el texto.

Turquía alberga a unos 24.000 refugiados sirios, incluyendo a cientos de desertores del Ejército, y propuso una vez desplegar militares para crear una zona buffer dentro de Siria si el flujo de personas a través de sus fronteras se vuelve incontrolable.

Los dos países comparten un límite de 911 kilómetros, y partes del sur de Turquía cercanas a Siria son bases de los insurgentes sirios, que contrabandean armas, comidas y otros víveres para sus compañeros al otro lado de la frontera.

En tanto, China y Rusia, que vetaron recientemente dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que abría la puerta a una intervención militar, reiteraron un llamado a que todas las partes en conflicto acaten el plan de paz.