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Afuera de las Torres River View, ubicadas en pleno corazón del coqueto Puerto Madero, nada indicaba que la Justicia estaba allanando un departamento del piso 25. Eran las 17 y el procedimiento ordenado por el juez federal Daniel Rafecas, en el marco de la causa por supuesto tráfico de influencias en el levantamiento de la quiebra de la ex Ciccone Calcográfica, había comenzado una hora atrás en Juana Manso 740. El único indicio de que la propiedad del vicepresidente Amado Boudou estaba siendo inspeccionada la dieron por unos minutos cuatro efectivos con chalecos de Gendarmería que se asomaron al balcón.

El departamento estaba vacío. Su inquilino, el abogado Fabián Carosso Donatiello, no apareció en el lugar. Según contó un empleado del complejo a El Cronista, por lo menos “hace dos o tres meses” que está deshabitado el inmueble de 91 metros cuadrados que el Vice compró en 2008 a $673.200, según su última declaración jurada y donde habría vivido hasta el año pasado. Pero el fiscal Carlos Rívolo se llevó una información clave de la administración del edificio: al menos las expensas de agosto del año pasado, las pagó Alejandro Vandenbroele, titular de la ex Ciccone y socio de Carosso Donatiello: señalado como su “testaferro”, Boudou juró en público no conocerlo. Además, según fuentes judiciales, a Rívolo también le confirmaron que Vandenbroele era el contacto con la administración del complejo ante cualquier problema. Entre la documentación que se llevó, el fiscal juntó recibos de expensas y correos electrónicos. El allanamiento a la propiedad de Boudou, que no es donde vive como trascendió en un primer momento (vive a la vuelta de ese lugar, en Madero Center), continúa la seguidilla de inspecciones judiciales que rodean al ex titular del Ministerio de Economía. A mediados del mes pasado, la Justicia había allanado sus antiguas oficinas del Palacio de Hacienda, en busca de información que confirmara que el entonces ministro había intervenido en favor de la imprenta investigada, rebautizada Compañía de Valores Sudamericana.

El domingo pasado, en una entrevista con el diario Perfil, el juez Rafecas había insinuado que este allanamiento podía ser el próximo paso de la causa, luego de admitir que en el expediente aún no había ninguna prueba contra el Vice: “Salvo la cuestión un tanto floja de que Boudou le alquila el departamento que es de su propiedad a un muchacho que es abogado, que se llama Carosso Donatiello, que a su vez es amigo de Vandenbroele”, relató el magistrado.

Con la comprobación de que Boudou “hizo gestiones” en la operación, en palabras de Rafecas, la Justicia avanzó sobre el supuesto vínculo entre el ex ministro y Vandenbroele.
Luego de casi dos horas de operativo, los efectivos nacionalesse fue ron de la torre 2 del complejo como llegaron: con un extremo bajo perfil. “¿En serio están allanado acá?”, preguntaron, incrédulos, varios vecinos. Uno de ellos es el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández. Y otro, más relevante para la causa, es José María Núñez Carmona, socio de Boudou en dos sociedades anónimas y apuntado como el “gestor” del ingreso de Vandenbroele en Ciccone. El departamento de Boudou también los une: Rafecas relató que “Vandenbroele dice que él le preguntó a Nuñez Carmona (...) si conocía a alguien que tenga un departamento para alquilar, y Nuñez Carmona le dijo: ‘Sí, Boudou’, y armaron el contrato

Por otra parte, según trascendió, ayer se agregó un nuevo testimonio al expediente. Guillermo Gabela, un empresario de Boldt declaró que Nuñez Carmona –actuando “de parte de Boudou”– lo presionó para que les cediera una planta de la firma Ciccone, que estaba alquilada. En su defensa pública, el vicepresidente acusó a Boldt de motorizar las denuncias en su contra. La embestida K contra esa firma de juegos de azar sumó un pedido de informes del oficialismo legislativo dirigido al gobernador bonaerense Daniel Scioli.