En la mayoría de las casas, los electrodomésticos son fundamentales para la rutina diaria, sin embargo, muchos de estos aparatos pueden convertirse en focos de proliferación de bacterias si no se mantienen de forma adecuada. Además de afectar la salud, la acumulación de bacterias puede reducir la eficiencia de los electrodomésticos y acortar su vida útil.
A continuación, te contamos cuáles son los electrodomésticos más propensos a atraer bacterias, los riesgos que esto implica y cómo evitarlo para que tu hogar esté más limpio y seguro.
Los electrodomésticos que atraen bacterias con mayor frecuencia
1. Lavarropas
El lavarropa es, sin duda, uno de los electrodomésticos más vulnerables a la proliferación de bacterias. El ambiente húmedo y cerrado en el que funciona crea las condiciones ideales para que microorganismos como bacterias y levaduras se desarrollen. En especial, los Staphylococcus aureus (un tipo de estafilococo) son comunes en este aparato.
Aunque estas bacterias habitan en la piel humana de manera natural, las toxinas que producen pueden causar infecciones si entran en contacto con heridas abiertas, generando pus.
Además, las levaduras como la Candida albicans también pueden desarrollarse en el lavarropas, causando infecciones en zonas íntimas o tractos urinarios, sobre todo en mujeres que son más propensas a sufrir cistitis. Lo mismo ocurre con los residuos de detergente que pueden acumularse en las gomas de la puerta y otras zonas internas del aparato.
¿Cómo prevenir la proliferación de bacterias en la lavadora? La recomendación principal es dejar la puerta del lavarropas abierta después de cada lavado para que se seque completamente. De esta forma, vas a evitar que la humedad se quede atrapada, lo que reduciría las posibilidades de que las bacterias se multipliquen.
2. Lavavajillas
Aunque el lavavajillas funciona a altas temperaturas, entre 50 °C y 70 °C, lo que debería eliminar la mayoría de bacterias, este electrodoméstico no está completamente libre de microorganismos. Uno de los puntos más problemáticos es la zona de la puerta, justo en el cierre. Ahí, hongos y levaduras pueden desarrollarse, incluso si el aparato trabaja a altas temperaturas.
Otro de los peligros surge cuando abrimos la puerta del lavavajillas inmediatamente después de que termina el ciclo de lavado. El vapor que se libera puede transportar esporas de hongos y microorganismos que, si son inhalados, pueden representar un riesgo para la salud, especialmente para los pulmones.
¿Cómo prevenirlo? Secar la goma que asegura el cierre hermético del lavavajillas es una de las mejores formas de evitar la proliferación de bacterias y hongos. Además, es fundamental no abrir la puerta inmediatamente después de finalizar el ciclo de lavado para evitar que las esporas de microorganismos se liberen al aire.
3. Heladera
La heladera es otro electrodoméstico que puede ser un foco de bacterias si no se mantiene adecuadamente. Almacenar alimentos como carne, embutidos, quesos o yogures puede generar un caldo de cultivo perfecto para microorganismos, especialmente si la temperatura no es la adecuada.
En particular, las bacterias como la Listeria monocytogenes se encuentran comúnmente en la heladera y pueden causar infecciones graves. Esta bacteria puede provocar enfermedades desde leves malestares gastrointestinales hasta afecciones más graves como meningitis o encefalitis.
Otro factor que favorece la proliferación de bacterias es la humedad y la escarcha, sobre todo en aparatos más antiguos. La humedad aumenta el riesgo de que se desarrollen bacterias como las Pseudomonas, que aceleran la putrefacción de los alimentos.
¿Cómo prevenirlo? Para evitar la proliferación de bacterias en la heladera, es importante reducir la humedad dentro del aparato. Limitar la frecuencia con la que se abre la puerta y evitar dejarla abierta durante largos períodos va a ayudar a mantener la temperatura estable y evitar la acumulación de escarcha. Además, es recomendable limpiarla regularmente con productos desinfectantes.
¿Con qué frecuencia hay que limpiar los electrodomésticos?
La limpieza y el mantenimiento adecuado de los electrodomésticos es clave para evitar que las bacterias proliferen. La frecuencia de limpieza depende del uso y de la humedad de cada aparato, pero acá te dejamos algunas recomendaciones generales:
- Lavarropas y heladeras: Limpiarlas al menos una vez al mes, prestando especial atención a las gomas, esquinas y zonas donde se acumula humedad.
- Lavavajillas: Desinfectarlo una vez al mes y secar las juntas de la puerta después de cada uso.
- Microondas y horno: Limpiar después de cada derrame o desbordamiento de alimentos.
Recordá que un electrodoméstico limpio no solo es esencial para tu salud, sino que también prolonga su vida útil y optimiza su funcionamiento.