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Jueves 29 de Marzo de 2012 - 08:41 hs

EE UU y sus aliados árabes acentúan la presión diplomática sobre Siria

Descartada una intervención militar extranjera directa y firme el Ejército en la represión de las protestas en ciudades y pueblos sirios, la presión diplomática sobre el régimen de Bachar el Asad se acentúa en todos los frentes para que el autócrata sirio aplique el plan de Naciones Unidas que prevé el fin de la violencia. En la cumbre de la Liga Árabe que se celebra el jueves en Bagdad, el conflicto sirio será el asunto más importante. También en Riad, adonde viaja la secretaria de Estado Hillary Clinton para reunirse con sus homólogos de los emiratos del golfo Pérsico, que respaldan a los rebeldes sirios. Y culminará la actividad diplomática el fin de semana en Estambul, ciudad que visitará Clinton para entrevistarse con los líderes de la fragmentada oposición siria.

Y para detener la sangría, el enviado de la ONU para el conflicto sirio, Kofi Annan, ha forjado un acuerdo de seis puntos que prevé el acuartelamiento de las tropas; la observación del alto el fuego por parte de una misión de Naciones Unidas, y la liberación de las personas detenidas arbitrariamente desde que arrancó el alzamiento en marzo de 2011. El Gobierno sirio dijo aceptar el plan el martes. Pero la violencia prosigue.

"No hay tiempo que perder", ha asegurado el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, que se ha reunido la mañana del jueves en Bagdad con dirigentes árabes y ha apremiado a El Asad a cumplir lo estipulado en el plan de la ONU. Como lo hace la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland,que dijo la noche del miércoles: "No hemos visto que El Asad implemente sus promesas. Nos corresponde a todos nosotros mantener la presión para que cumpla sus compromisos. ese es nuestro propósito en los próximos días". Washington no se pondrá, en ningún caso, al frente de una operación militar en Siria.

Nada apunta a que en las próximas jornadas se vaya a aplicar un alto el fuego. Entre otros motivos porque Siria ha sido apartada de la Liga Árabe y se niega a aceptar el plan pergeñado inicialmente por el organismo panárabe. "Como nuestra participación ha sido suspendida, solo tratamos con otros países árabes a nivel bilateral. Por tanto, no abordaremos ni trataremos ninguna iniciativa que provenga de la Liga Árabe", ha dicho tajante Yihad Makdesi, portavoz del Gobierno sirio. La oposición tampoco alberga esperanzas de que el régimen vaya a frenar su ofensiva, especialmente cruenta durante esta semana en la región de Hama.

Tanto en Riad este jueves como durante el fin de semana en Estambul —a Bagdad no acuden muchos de los líderes árabes y no es previsible que acuerden algo sustancioso sobre Siria— se discutirá sobre la alternativa preferida por Arabia Saudí y Catar, país muy activo a la hora de arremeter contra los dictadores árabes: el suministro de armamento a la oposición, especialmente al Ejército de Siria Libre. La propuesta, sin embargo, tropieza con una de las señas de identidad de la oposición: su fraccionamiento y dispersión. De ahí que los llamamientos a la unidad de los alzados contra el régimen en el interior de Siria y en el exilio sean constantes por parte de los países occidentales y sus aliados árabes. Sin éxito hasta la fecha.

Fuente: elpais.com