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Si en 2011 las cuentas públicas revelaron un fuerte deterioro, las cifras de este año pueden ser aún peores. Así lo anticipa un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), según el cual en 2012 el resultado fiscal primario, que el último año arrojó un saldo positivo de 4921 millones de pesos, podría caer a un rojo de $ 12.000 millones. Por su parte, el déficit financiero (que incluye el pago de intereses) treparía de $ 30.663 millones a $ 58.970 millones, equivalentes al 2,4% del PBI.

Para llegar a este resultado, el Iaraf proyecta que los ingresos públicos crezcan 25% (valor cercano a la inflación que las consultoras privadas prevén para este año) y que los gastos lo hagan en 28%. El estudio menciona que en los últimos siete años, a excepción de 2009, se ha observado este diferencial promedio de 3 puntos a favor de los egresos.

"Si se toma en cuenta la tendencia histórica, el escenario más probable es que los gastos crezcan más que los ingresos", dijo el economista de Iaraf Ariel Barraud. "Es probable que el Gobierno quiera enfrentar el menor nivel de actividad con un aumento en el gasto, como en 2009."

El estudio presenta dos escenarios alternativos: uno con un crecimiento de los gastos (22%) menor que el de los ingresos y otro con un crecimiento igual. Si bien en ambos escenarios el resultado primario es positivo, el estudio señala que para este año se espera un déficit financiero, "independientemente del crecimiento verificado en el gasto público".

Luciana Díaz Frers, directora del Programa de Política Fiscal del Cippec, también proyecta un deterioro de las cuentas fiscales en 2012. "Los gastos van a crecer menos que el año pasado, porque éste no es un año electoral, pero creemos que los ingresos se van a estancar", dijo. La experta cree que en 2012 el Gobierno necesita registrar un superávit primario "mínimo", porque su margen para acceder a fuentes de financiamiento es muy estrecho.

Otro aspecto por tener en cuenta es el peso dentro de los ingresos fiscales de las "rentas de la propiedad", concepto que se refiere principalmente a las utilidades generadas por la Anses y el Banco Central y que, según Díaz Frers, no deberían ser registradas como ingresos corrientes. Sin estos recursos, que en 2011 sumaron $ 23.390 millones y en 2012 llegarían a $ 27.000 millones, la diferencia entre ingresos y gastos fiscales, considerando el escenario más probable del estudio del Iaraf, arrojaría un déficit primario de $38.920 millones y uno financiero de $86.000 millones, equivalentes al 3,5% del PBI..